La élite espera al Ángel Ximénez, que ya es equipo de Asobal, después de ganar contra el Bidasoa Irún en su casa, ante su afición y con una grada en contra que no cesó de alentar a su equipo en todo momento. Los pontanos alcanzan la gloria y pronto saborearán lo que es jugar en la máxima categoría. Los más de 3000 aficionados que se dieron cita en el mítico pabellón de Artaleku, tuvieron que rendirse ante la superioridad del conjunto cordobés.
El partido estuvo casi siempre controlado por los andaluces, que supieron tener la cabeza fría y sobreponerse al impresionante ambiente que había en el pabellón vasco. Los cordobeses siempre comandando el electrónico, sólo cedían algún empate del equipo irundarra. Pero la igualdad fue la tónica predominante de esta primera mitad, en la que los pontanos penetraban entre la defensa de los locales, que se veía superada por la primera línea cordobesa. La clave del equipo cordobés fue la concentración en ataque, con sólo dos pérdidas de balón en el primer acto de la contienda, de forma que casi todos los ataques eran transformados en gol. Guille estuvo muy acertado y en el minuto 20, volvía a poner por delante a su equipo, 7-8 y encaraba los últimos minutos de la primera mitad con las esperanzas intactas. Por parte de los vascos, Leo era el que más insistia en la portería de Chirosa. A falta de seis minutos para el final de la primera mitad, Morales ponía tierra de por medio y conseguía poner a su equipo por delante, 10-13. De ahí al intermedio, los visitantes consiguieron cuatro tantos de renta, poro otra vez Leo, recortó distancias para dejar el 13-16 que brillaba en el marcador al descanso, y que dejaba al Ángel Ximénez con tres goles de ventaja para afrontar la segunda mitad.
El segundo tiempo transcurrió como el primero, los jugadores de Javi Elvira muy concentrados y conscientes de todo lo que se jugaban. Pero en torno al primer tercio de la segunda mitad, los vascos consiguieron ponerse a un gol, 19-20, con un parcial de tres cero, en parte a la rigurosidad de los árbitros y en parte al empuje del público, el ambiente era infernal. Elvira, que pidió tiempo muerto para evitar que se le fuera el partido, dio entrada a Oliva, para intentar frenar el acierto rival. Gille De La Sierra estuvo espectacular, a pesar de que el encuentro transcurría entre rentas de dos goles para los andaluces y después volvían a empatar los vascos, anotó el tanto más importante, cuando su equipo ganaba sólo de un tanto, 23-24, y jugaba con dos menos por sendas exclusiones, anotó el 23-25 cuando regresó a la pista, para volver a dar la tranquilidad a los suyos, y de paso poner el silencio en las gradas de Artaleku.
Los últimos cinco minutos no perdieron intensidad, de hecho los locales volvieron a ponerse a un sólo tanto con un gol de Ugarte, que volvió a poner el miedo en el cuerpo a los pontaneses. Pero una vez Guille, y otra Felipe, demostraron tener la cabeza fría e impedir que los rivales consiguieran el empate. Oliva también apareció, con 25-27 a dos minutos del final, detuvo un siete metros que casi le daba la victoria a su equipo. Atacaban los pontanos y no perdonarían, instaurando el 25-28 en el luminoso. Los vascos sólo pudieron remontar un tanto, para dejar el definitivo 26-28.
Otro éxito del balonmano cordobés, que deja a la provincia a la cabeza del balonmano español, con presencia en todas las categorías la próxima temporada. Los pontanos se llevan la recompensa a un esfuerzo de muchos años y de trabajo de cantera, directiva y afición, para situar al pueblo de Puente Genil en la élite del balonmano español.( Minuto 90 )