En la tarea de promoción cultural del pueblo, la Asociación Cultura y Progreso de Aguilar ha editado un nuevo libro, siendo ya cinco los proyectos de estas características auspiciados por la entidad, contribuyendo así al incremento del fondo bibliográfico del pueblo.
El último libro, que se presentó el viernes 11 de julio en el Molino del Duque, recoge un documentado trabajo de investigación de Antonio Maestre Ballesteros sobre uno de los fenómenos sociales más populares y conocidos del siglo XIX, como fue la existencia y persecución de bandoleros. El contenido del libro aborda la presencia y desarrollo del fenómeno en Aguilar de la Frontera, y abarca un periodo que se inicia en 1776 con la aplicación en la localidad de la normativa para la creación del Cuerpo de Escopeteros de Andalucía, primera fuerza civil dedicada a la persecución de bandidos y malhechores, y concluye en 1914, con la captura de “ el rubio Tamajón”, último bandolero que anduvo por las tierras la comarca.
A través de este estudio se revela la importante vinculación que tuvo Aguilar y toda la Campiña y Subbética con el fenómeno del bandolerismo, ya que por Aguilar y pueblos cercanos pasaron y fueron perseguidos los más célebres bandoleros y partidas de caballistas del siglo XIX, convirtiéndose las milicias locales en las más efectivas y reconocidas de la provincia por su implicación y logros en esta tarea.
Los Niños de Écija, el Tempranillo, El Chato de Benamejí, el Pernales, el Vivillo, etc, son algunos de los bandoleros más sobresalientes del siglo XIX que alcanzaron fama y notoriedad por sus hazañas y correrías, y que estuvieron vinculados a Aguilar. Junto a ellos el libro revela medio centenar más de nombres y alias de bandidos y salteadores de caminos que se persiguieron desde Aguilar, siendo esta publicación la que documenta su existencia por primera vez. Otros de los más conocidos de la comarca fueron Caparrota de Doña Mencía, Cristóbal Navarro de Lucena, Molina el de Cabra, Marcelino el de Monturque, el Chirri de Espejo, etc, forman la larga lista de bandidos cordobeses que tuvieron vinculación con estos pueblos.
Aguilar de la Frontera también aportó a la historia del bandolerismo dos nativos que alcanzaron gran notoriedad. Entre los más encumbrados bandidos de la primera mitad del siglo XIX estuvo Fray Antonio de Legama, el fraile Terciario que acabó como componente de la partida de los Niños de Écija, nacido en Aguilar en el año 1780, y que fue uno de los más pregonados y perseguidos componentes de la citada gavilla. Tras su captura en Aguilar se convertiría también en el más aguerrido perseguidor y delator de sus propios compañeros y artífice de la desarticulación de la partida, aunque este comportamiento no le evitó el morir ajusticiado en Sevilla.
Diego Alhama fue sin duda el bandolero más célebre de los años centrales del siglo XIX en la provincia de Córdoba. La temeridad que impuso por sus graves y cruentos altercados y tropelías, saldándose alguno de ellos con varias muertes, lo encumbró a lo más alto del escalafón de los bandoleros perseguidos en esos años, estatus que mantuvo hasta su muerte, ocurrida en el Llano de la Cruz de Aguilar, de manos de su primo hermano y jefe de la milicia local, apodado Tablones.
En el libro se documentan numerosas acciones de bandoleros en las tierras de Castilla Anzur y Puente Genil. Por las huertas y riberas del río Genil se apresó, persiguió y capturó a numerosos bandoleros. Como ejemplo podíamos citar la captura de Juan Narvona, uno de los componentes de la gavilla de Diego Alhama, la muerte junto al Genil de Caparrota hijo, o secuestros de hortelanos o la encarnizada lucha que mantuvo el Pernales con el jefe de los Municipales de Puente Genil.
El libro consta de 190 páginas y su precio es de 12 euros. Puede adquirirse en las imprentas de Aguilar.
Se va a intentar que la distribuidora lo ponga a la venta también en librerías de Puente Genil (E.Reina)
