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miércoles, 30 de marzo de 2011

LA MANANTERA DE MADRID CELEBRA EL PREGON DE LA SEMANA SANTA

Una vez más, puntual y detalladamente, la Manantera de Madrid, a través de su Presidente D. Carlos Mora, nos envía crónica realizada por D. Manuel Angel Borrego Moreno, de los actos que en tierras de la capital del Reino de España esta Asociación de Puente Genil celebra en tierras madrileñas.

En casi todas las ocasiones que brindamos en nuestros cuarteles de Semana Santa solemos hacerlo diciendo aquello de: “Por los que queriendo venir, no han podido… y por los que pudiendo venir, no han querido” haciendo referencia fundamentalmente al buen rato que se disfruta cuando los hermanos de una cofradía, hermandad o corporación aúnan sus sentimientos en su casa y se añora a los hermanos ausentes. Permitidme que en esta ocasión lo diga, de forma acentuada, porque los que no pudieron asistir al Pregón dado el pasado sábado en Madrid, se han perdido uno de los momentos más sublimes de los que la Asociación Manantera de Puente Genil en Madrid ha celebrado. Todos los pregones que se han dado en Madrid, todos, han dejado una huella imborrable en nuestros corazones, pero el disfrutado la noche de “Diablo Mudo” en la iglesia de los Hermanos Franciscanos Capuchinos de El Pardo dejará en todos nosotros, y no me equivoco si digo que especialmente en los que hemos tenido el honor de pasar por el mismo atril, una impronta definitiva, una huella imborrable por tantas y tantas razones de vida que su autor nos regaló esa noche.

Nuestro pregonero, Pedro González Martos, es un hombre, como él mismo se define: “pontanés de condición, nacimiento y naturaleza”. Pero mejor que cualquiera de nosotros, quien bien conoce a Pedro González es su presentador en esa noche, Alfonso Morales, hermano de corporación y cofradía, amén de hermano político, y que dijo refiriéndose al pregonero: “Desde lo personal (…) siempre atento y cariñoso, servicial, cumplidor. Permanentemente dispuesto a escuchar y a ofrecer lo mejor de sí mismo por ver y sentir a todos cuantos quiere y aprecia satisfechos y felices… Ese es el hombre que ha llegado a nosotros y que hoy conocemos. Nacido en el seno de una familia emigrada a nuestro pueblo desde la campiña jienense. (…) En lo manantero (…) todavía recuerda con cariño su pertenencia, con tan solo trece años, al cuartel “Los Doce Hijos de Jacob”, los arroces que su padre orgulloso les hacía o los innumerables guisos que su madre, igualmente, les preparaba, así como los amigos que de aquella época aún conserva.(…) Ingresa, con diecisiete años en la corporación “La Salvación de Jonás” (La Ballena), formada mayoritariamente por muchos deseos bastoneros de la Esperanza. Con ellos afianzará su cariño a la Semana Santa y profundizará en vivencias y experiencia manantera (…) En 1995, servidor de ustedes, le despierta la inquietud por probar las trabajaderas de la Madre del Amor, convirtiéndose en su ferviente hermano costalero hasta que Madrid y sus responsabilidades profesionales le dijeron el “¡Ahí quedó!” (…) En 1998 ingresa en “El Juicio de Salomón y Las Tres Marías”, de la que formamos parte toda la familia y donde se siente plenamente identificado y realizado por confluir en esta sus afectos cuarteleros y cofrades”.

En lo profesional destacó sus estudios en Granada como Ingeniero Técnico en Electricidad y Electrónica con calificaciones brillantes y su actual puesto de responsabilidad como Director de Energía en la multinacional holandesa Imtech.

Palabras éstas que emocionaron a Pedro y que durante su intervención agradeció con unas, también, emotivas palabras para su hermano Alfonso: “Gracias querido ALFONSO, hermano, Eres un señor y honras este atril como honras a todos nosotros cuando disfrutamos y compartimos de tu gran conocimiento y enorme sabiduría. No puedo ni debo ser objetivo hacia ti. Te quiero como eres y como tienes que ser, eres bondad, amistad y ternura, y como muy bien sabes aquí me tienes por siempre y para siempre. MUCHAS GRACIAS HERMANO.”


Nuestro Pregonero comenzó con las palabras de un encendido enamorado hacia su amada, la Villa de Puente Genil y que resumió con este poema, bellísimo, lleno pasión y amor: Soy, mi amor, lo que queda de un abrazo El vaivén de tibias manos en la cuna Ese gozo que cabe en tú regazo Cuando un niño está rezándole a la luna Soy un hombre feliz porque te amo Porque espero que tu entraña se entreabra E ir sembrando, quedamente, tramo a tramo Tanto amor recriado en mi palabra No me mueve más la risa que el lamento Ni a ti la multitud. Una cuadrilla Te es bastante, te sobra, te da aliento Soy la sombra, Tú la luz, eres PUENTE GENIL,. Como no podía ser de otra manera, el pregonero expuso sus sentimientos como ausente de su pueblo, pues reside en Madrid junto a su esposa, de su Semana Santa y definió, con la destreza de un maestro de la palabra, sus ideas de la nostalgia y la ausencia: “Por esta razón, nuestra actitud siempre que vivimos estos momentos tiene que ser totalmente abiertos a disfrutar el momento en total plenitud. Podemos prepararnos para percibir todas estas cosas especiales que suceden a nuestro alrededor, entrenarnos en abrir todos los sentidos para que esos momentos especiales perduren en nuestra retina, cerebro y corazón”.

“Cuando estamos disfrutando de nuestras tradiciones, en nuestro pueblo, nuestros cuarteles …. Debemos de desconectar ese “piloto automático“ que, en ocasiones guían nuestra vida, ya que, nos pasamos la vida esperando a que se presente las condiciones ideales para poder disfrutar. De este modo, perdemos muchas oportunidades de disfrute en el presente, esperando unas condiciones que posiblemente nunca se den en su totalidad y esto es lo que suele pasar de alguna forma a los que vivimos la ausencia. Aunque hoy en día, este sentimiento de ausencia está más amortiguado , gracias en gran medida al gran avance de las comunicaciones” . Con la fuerza de los poseedores de la razón y la sinceridad, Pedro González recitó unos poemas que ayudaban a poner de manifiesto sus vivencias mananteras y de esta forma hizo el camino verbal por los pilares que sustentan su bagaje de la vida y de la Semana Santa. Nos habló con pasión y sentimiento de “La Cofradía de la Santa Cena” y de “María Santísima del Amor”: “Una luz me sobreviene cada Lunes Santo, cuando tú, Señora del Amor , te conviertes en un velero de amor que navega sobre las calles de Puente Genil. Cuando te asomas a encontrarte con esas hebras de sol de media tarde en la Puente, donde tantos corazones abiertos te esperan , y que parecen huir del pecho. Te esperan pupilas llenas de cal y un cielo de zafiro por el que revolotean bruscamente, como un tijeretazo sobre el agua, un puñado de aves de primavera. Como todos los años, siempre estaré a tu vera, Señora”. Verdaderamente emocionado nos platicó de sus dos Lunes Santos más importantes. Uno cuando fue Hermano Mayor del paso de María del Amor y que interpretó como un regalo de Dios y el otro, el único Lunes Santo que ha estado ausente de Puente Genil y que fue cuando junto a su esposa, Lourdes Rivas, recibieron otro regalo de Dios en su hijito Pedro y que nació a la misma hora en que su Virgen salía de su Templo aquel Lunes Santo.

Profundísimas y plenas de cristianismo sus palabras al pregonar de la Santa Cena, haciendo que entre los que teníamos la fortuna de podérselas oír removiera y renaciera nuestros fundamentos cristianos: “Así fue instituido el sacramento de la Eucaristía con la sustancia de pan y vino. La sustancia de pan y vino se convierte real y verdaderamente, en el cuerpo y la sangre del Señor. Todo esto lo podemos ver como sucede cada lunes Santo por las calles de la Puente, donde se produce una verdadera EUCARISTÍA. La comunión bajo la especie de pan, fruto de la tierra, significa el conocimiento de los misterios de la vida telúrica, la posesión fraterna de los bienes de la tierra y la perfecta unión con los hermanos. En otro grado, el vino que también es fruto de la tierra y del trabajo del hombre , es la sangre espiritual de los bienes celestes , la participación de los misterios espirituales del hombre con la ciencia divina; ambos son la fuerza de Cristo y de su sacrificio; la cadena del Amor invisible pero intangible entre ÉL y los suyos.” Habló, también de su corporación, “El Juicio de Salomón y Las Tres Marías”, de sus experiencias dentro del cuartel, con la corporación en grupo y con cada uno de sus hermanos individualmente para quienes dedicó palabras cariñosas, respetuosas y de admiración pera los que le han precedido y de apoyo y ofrecimiento para los que le acompañan en la actualidad. Muy hondo fue el momento en que Pedro invitó a compartir el atril pregonero a su hermano Francisco González y a su hermano político Alfonso Morales con el que compartió una cuartelera profunda y sentida. Por último, y refiriéndose, por supuesto a la Semana Santa de Puente Genil, sentenció: “POR TANTO, Somos los protagonistas de lo que nos está sucediendo y de lo que vamos a hacer con nuestra vida. Cada momento es especial, nos pertenece y posiblemente lo que hagamos también pueda influir en la vida de otros. AMIGOS Y HERMANOS TODO ESTÁ EN NUESTRAS MANO. ES TIEMPO DE ACCIÓN, NO HAY TIEMPO QUE PERDER.” Sobrecogidos por el impactante pregón pronunciado por nuestro hermano Pedro, los asistentes, puestos en pie, refrendaron la acogida de sus palabras con un largo y encendido aplauso. Un Carlos Mora emocionado le dio las gracias en nombre de los asistentes y nos invitó a que, a continuación, subiésemos hasta el restaurante el Torreón como si de una pontana subida de romanos se tratase, con la uvitas y cánticos pertinentes. Así tratamos de hacerlo, mas la lluvia se encargó de que el ritmo de las cajas con redobles romaniles fuesen más bien de “paso ligero”. Pero esta inoportuna lluvia no fue óbice para que, una vez a resguardo, disfrutásemos de una noche de “cuartel” de esas que llamamos de encuentro entre corporaciones puesto que a los hermanos de la Manantera asistentes se sumaron los hermanos del Juicio de Salomón que haciendo un extraordinario pero sincero y cariñoso esfuerzo, se habían llegado hasta Madrid para participar con su hermano Pedro en su Pregón manantero. Su Presidente, Francisco González, con el ameno y buen decir que le caracteriza, explicó que es la tercera vez que “se veía obligado, con gran placer” a tener que asistir a esta celebración puesto que tanto su hijo Francisco González Martos, como su yerno Alfonso Morales habían antecedido, como Pregoneros de la Semana Santa de Puente Genil en Madrid, a su hijo Pedro, lo que le hacía sentirse muy orgulloso. En recuerdo de este acto entregó a la Asociación un magnífico cuadro en cerámica de Nuestro Padre Jesús Nazareno que emocionó a todos los que pudimos tenerlo en nuestras manos. La Manantera correspondió con un cuadro hecho a plumilla de la emblemática Puerta de Alcalá. Poesías, Cuarteleras, “Alondras y Ruiseñores”, “Madre del Amor” fueron algunas de las canciones que tuvimos la suerte de disfrutar. Otro momento entrañable fue el canto del himno de los ausentes, puesto que pudimos contar, a la hora de entonarlo con la presencia del autor de la letra que apoyada en la primera parte de la marcha “La Matraca” sirve como signo de identidad para los que estamos residiendo fuera de Puente Genil. Nunca serán suficientes las formas para agradecer a José Manuel Reina, su autor, tan gran regalo a todos los pontanos. A la hora de leer el Evangelio, el hermano José Castilla, como decano de la señera corporación “El Juicio de Salomón, cumplió con tan pontanés protocolo. Y a la hora de quitarle la pata a la Vieja Cuartelera, el Presidente de la Asociación se la ofreció al Pregonero, al tiempo que le hacía entrega de la metopa recordatoria de la publicitación de tan memorable Pregón. Pedro González, entregado y emotivo, invitó a su padre a que le acompañara en tan cuartelero momento. También la Asociación tuvo a bien entregar, por los méritos que le acompañan, entre ellos, la entrega sin condiciones, siempre que se le reclama, a la Asociación manantera, la Campanita de Plata a Francisco González.

Una noche para recordar: Pregón sincero, profundo, cristiano, manantero; El Juicio en Madrid; La Manantera con ellos y Jesús Nazareno entre todos. Lo dicho, para recordar. Un abrazo. ( Crónica de D. Manuel Ángel Borrego Moreno.)

Pontaneando, felicita y da la enhorabuena a la Manantera en General, y a su Junta Directiva en particular, por la magistral representación que Puente Genil tiene a través de ellos en la Capital de España. ENHORABUENA.