Puente Genil vivió ayer uno de sus días grandes. La villa, representada por su alcalde, Esteban Morales (PSOE), renovó junto a las demás autoridades civiles, militares y el clero el voto por el cual la Purísima Concepción fue nombrada patrona de Puente Genil, en muestra de solicitud de intercesión para obrar el milagro de la curación de la peste en el año 1650.
Como manda la tradición, a mediodía en la parroquia matriz de Nuestra Señora de la Purificación, tuvo lugar el acto litúrgico más protocolario y solemne de los que se celebran en la localidad durante todo el año. Estuvo presidido por el vicario episcopal de la Campiña Sur, el sacerdote David Aguilera Malagón, y concelebrada por el clero local, asistidos con sus cantos por la Schola Cantorum Santa Cecilia.
Ya por la tarde, a partir de las 17:00, reunidas las corporaciones eclesiástica y municipal, se procedió al inicio del desfile procesional. Como es preceptivo, contó con representación de las hermandades y cofradías de la villa y sus respectivas aldeas. El cortejo partió de la parroquia matriz por el itinerario acostumbrado: Don Gonzalo, Borrego, Baena, Madre de Dios, Santa Catalina, Linares, Veracruz, Horno, Romeral y Aguilar.
Y partir de hoy, miércoles 9, hasta el 16 de diciembre, se celebrará la Octava, a las 18:00, en su santuario, en la que se aplicarán las intenciones por los difuntos del presente año.
La liturgia por la Inmaculada Concepción arrancó el 29 de noviembre, cuando arrancó la Novena, que como siempre ha estado muy concurrida. En la noche del pasado viernes, las cofradías y las corporaciones bíblicas procedieron a su tradicional ofrenda floral. Del mismo modo, los alumnos de los diferentes centros educativos también la han realizado durante los días de la Novena.
La festividad de la patrona responde a un protocolo muy estricto. La Cofradía recordó que el lunes, víspera de la celebración, se ha de guardar el correspondiente ayuno, compromiso contraído en el Voto, y pidió a los vecinos que engalanen sus ventanas y balcones para este día tan señalado para la población. La procesión fue testigo de esta devoción. (El Día de Córdoba. José M. Cabezas)