No obstante, y a pesar de la lluvia, tanto la Cofradía del Cristo de la Buena, la Hermandad de las Angustías y San Juan Evangelistas, se aventuraron a procesionar sus respectivas imágenes tutelares, aunque todo quedó reducido a una breve y mínima estación de penitencia, ya que todas ellas en un corto tiempo tuvieron que volver a su templo de salida.
Fué el Santísimo Cristo de la Muerte el que se atrevió a realizar el más amplio recorrido, recorriendo las calles Jesús, Cruz de San Juan, Lemoniez y Delgado, llegando de através de ésta de nuevo a su templo de salida.
Las otras dos( San Juan, y las Angustias ), tuvieron que deshacer los pasos dados por la calle Jesús y volver de nuevo a su ermita.
Fué la Cofradía de María Santísima de la Soledad, la única que tras reunión de su Junta Directiva, acordó ni tan siquiera mover el paso del lugar que ocupaba en su sede canónica de la ermita del Dulce Nombre.
Finalmente, las distintas imágenes quedaron expuestas a los fieles durante largo tiempo, pudiéndose escuchar variadas, múltiples y emotivas saetas, cuarteleras y vivas, y los sones del misere del Grupo de Música del Imperio Romano, quienes aprovechando una pequeña " clarita ", se acercaron a visitar a las excelsas y benditas imágenes.