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sábado, 13 de agosto de 2016

SESENTA AÑOS DE HISTORIA DE LA PEÑA GENIL

La Peña El Genil cumple y celebra su sexagésimo aniversario fundacional. Seis décadas de caminar en la vida social de Puente-Genil siendo testigos de la evolución de nuestro pueblo desde su privilegiado emplazamiento, siempre en la Avenida Manuel Reina, y conociendo desde su fundación años de prosperidad y bonanza en nuestra población en general junto a otros de decaimiento y crisis como ocurrió allá por los sesenta en los que cerraron muchas empresas como la Casualidad (en 1963 a consecuencia de la riada de aquel año), el complejo fabril de Nuestra Señora del Carmen (1966), el Depósito de máquinas de la RENFE (1967) que originó que mucha gente tuviera que verse en la necesidad de emigrar a otros puntos del país y fuera de él.

Conocí la Peña cuando nació justamente frente por frente a la casa de mis padres. Siendo un niño entraba a ella con mucha frecuencia, casi todos los días, para ver la televisión y ver jugar a los socios al ajedrez y al parchís. Sólo tenía que cruzar la calle cuando apenas había tránsito de coches. Por la Matallana entonces no era mucho el tráfico de vehículos que había y lo hacía en los dos sentidos, pero claro, eran escasos todavía, téngase en cuenta que el Seat 600 apareció en 1957 y junto a él los coches que se veían era el Renault 4 (el cuatro latas), el Volkswagen Beatle (el escarabajo)… y más adelante el Seat 850, el R5, el R8 y el Gordini, el Simca 1000, el Seat 127 y 1500, el Citroën Dyane… junto a algún pequeño camión de aquellos primeros Barreiros y Pegaso que hubo coexistiendo con motocarros, bicicletas y motos de poca cilindrada. Junto a mi querido e inolvidable padre a mi memoria acuden nombres de socios de los que guardo entrañables recuerdos, como Fabián Gallego (veterinario), Sebastián Moyano, Miguel Salas, Juan Cornejo, Manuel Arteaga Juárez, mi tío Antonio Aires, Francisco Labrador, Antonio Sebastianes, Antonio Duclos, José Díaz, José Calzado, José Domínguez, José Luna, José-Antonio Pérez, Agustín López, Vidal Fernández, Francisco Merino, Francisco Rejano, Juan Leiva, Antonio Palomo, José Dorado, Manuel Prieto, Luis Carvajal, Antonio Rivas, José Nieto, Cayetano Porras, Antonio Cuevas, José Urdiales, Manuel López, Juan Granados, Miguel López, José Luque … Manuel Lavado, José Robledo, Andrés Molina, Jesús Gálvez, Francisco Berral… Antonio Redondo, Emilio Barcos, Torres, Mora, Rafael Cuenca, José y Carlos Arteaga Juárez, Rafael Gaztardi, Francisco Guerrero, Antonio Gil, Gregorio Gómez, Eduardo Gil…

De los primeros recuerdo cuando entraba a la Peña que, unos, estaban departiendo en parsimoniosas y calmosas conversaciones, otros, leyendo la prensa y otros simplemente tomando un apetecible aperitivo o café o simplemente viendo la televisión.

La Peña El Genil siempre ha sido y es un lugar propicio para el encuentro, la lectura y la tertulia entre sus socios. Recuerdo en su primera época cuando la Peña por las tardes se llenaba de socios para ver por televisión partidos de fútbol, carreras ciclistas (La Vuelta, el Tour y el Giro), corridas de toros y combates de boxeo.

Recuerdo, en una estampa imborrable para mí, que la Peña se hallaba en la casa contigua más arriba de donde se encuentra en la actualidad. Disponía a la entrada de un salón social más pequeño que el actual y a continuación se accedía a la cafetería donde al fondo estaba la repostería atendida por el recordado José Chía. Más tarde lo estaría por una pléyade de excelentes hosteleros como Francisco y Domingo Campos o Pedro Lucena, entre otros.

Al lado de aquel primitivo salón había unas salas de reducidas dimensiones orientadas a la calle Maestro Francisco Vila en las que, en unas, se solían reunir algunos socios para tomar un aperitivo o un café y echar un rato jugando unas partidas de dominó (chamelo), de brisca o de ronda y báciga y en otra estaba dispuesta la televisión, entonces en blanco y negro, que por cierto comenzó sus emisiones regulares el mismo año que se fundó la Peña.

Fue Manuel Arteaga Juárez, persona afable y emprendedora, gran conversador, muy conocedor de la vida social y política tanto local como nacional y muy querido por mí, quien como presidente de la Peña y junto a su Directiva promovieron y acometieron en 1985 la edificación del nuevo local de la Peña que hoy sirve de sede.

Entre los socios de la Peña El Genil y sus Juntas Directivas siempre ha habido muy buena disposición y un carácter emprendedor para organizar diversas actividades que han llevado a cabo a lo largo del año, entre las que recuerdo alegres fiestas de Nochevieja; las participaciones en la Cabalgata de Reyes Magos encargándose algunos años de la carroza de Papa Noël; las convivencias que ha organizado de tipo familiar en torno a algún día de campo o viaje a la playa; la instalación de una caseta que cada año ininterrumpidamente ha tenido en la Feria Real; la organización más recientemente de Semanas Culturales en las que han habido actividades diversas, como conferencias, torneos de ajedrez, intervenciones de varios saeteros y la Banda de música de Los Ataos, entre otras. 

¿Qué entorno rodeaba a la Peña El Genil cuando se fundó en 1956?

En los años 50 se vivía en Puente-Genil un tiempo económico de cierta euforia en general que de alguna manera permitió la fundación de la Peña. La andadura de ésta la emprendieron socios de todas las capas sociales de la localidad: comerciantes, labradores, contratistas de obras, pequeños empresarios, ferroviarios, ATS, administrativos, agentes comerciales, mecánicos, profesores, empleados de banca, etc.

Se habían levantado pocos años antes que la Peña el Instituto Laboral “Manuel Reina” (1952) así como la presa de Cordobilla (1953); estaban en pleno desarrollo bastantes fábricas de carne de membrillo y molinos de aceite, también las fábricas de Espuny, el Carmen, la Alianza y la Casualidad así como la RENFE que empleaba, ésta última, a más de setecientos trabajadores; varias bodegas de vino y se habían fundado pocos años antes que la Peña las Cooperativas olivareras de La Pontanense (1954, en Miragenil) y Los Desamparados (1958, en la Avenida de la estación). El mismo año que se fundó la Peña el Puente Genil C. F. ascendió y debutó en la Segunda División del fútbol nacional y se está levantando la Parroquia de San José que crece paralelamente a la Peña El Genil.

Las viviendas que había en la Matallana y las calles aledañas a ella eran de una planta o a lo sumo de dos y sería a partir de la década de los sesenta cuando se nota una proliferación de comercios y establecimientos por toda la avenida, entre ellos oficinas bancarias, tomando cada vez más pujanza y atrayendo a mucha gente empujada principalmente por la riada de febrero de 1963 que anegó todo el casco histórico y la población residente en él desde entonces empezó a desplazarse al barrio moderno que estaba extendiéndose y desarrollándose por todo el entorno de la Matallana.

Las aceras de la calle eran más estrechas que las actuales y entre ellas y la calzada había una zona terriza donde se encontraban las farolas, las vigas de sujeción del tendido eléctrico y del cable telefónico y donde había plantados olmos y moreras que años más tarde fueron sustituidos por naranjos.

Eran años en los que la avenida de la Matallana siempre estaba muy animada y concurrida de gente siendo el lugar de paseo de todos los pontanenses desde el Romeral al Tropezón. La calle, en la que están asentados el Asilo (desde 1889), su iglesia-capilla (la primitiva desde 1925 y la actual desde 2001), el Colegio de la Compañía de María (desde 1904) y su iglesia-capilla (desde 1955), cada vez fue tomando más vigor y se iban instalando tiendas de tejidos (la de Antonio Rivas, Los Madrileños, Los Caminos, las Novedades…) y electrodomésticos (la de Antonio Redondo); hornos de pan, como el de Currito; sastrerías como la del recordado José Jiménez; numerosos bares (Dunia, Verde Limón, Las Vegas, la Plancha, Cristóbal, Venancio, la propia Peña El Genil…); confiterías como la de San José, Paquita o de la Rosa; heladerías, como la de los Valencianos; bazares y estancos como los de Marrón y Velasco (el Morabito); sucursales bancarias como CajaSur (El Monte); farmacias como la del Ldo. Mariano Moyano; tiendas de ultramarinos, fruterías, librerías, etc.

Poco a poco la avenida iba convirtiéndose en “el gran salón”, en el escaparate, de Puente-Genil, y sus edificios iban creciendo en altura y cada vez más iban instalándose nuevos establecimientos comerciales y hosteleros.

La Matallana es la gran avenida que ha acogido o acoge la mayoría de actividades que se organizan en Puente-Genil desde principio a fin de año: Navidad, Carnaval, Semana Santa, Festival Rock&River Blues, el Real de la Feria en otro tiempo, carreras deportivas (ciclistas, pedestres…), el Encuentro de bolillos, el paseo de mujeres vestidas de flamenca cada 18 de agosto, la Feria de la tapa y la Concentración mototurística, entre otras muchas.

La Matallana es el punto de encuentro por excelencia de Puente-Genil y esta Peña tiene el privilegio de estar asentada en el centro de la misma. Sólo me resta felicitar a la Peña El Genil por este 60º aniversario que cumple y desearle a ella y a sus socios que cumplan muchos años más con el mismo vigor y naturaleza que hasta ahora ha tenido. A todos sus socios mi más afectuoso saludo y felicitación.(José Lorenzo Aires Rey)