Fosforito representa para David Pino "un caso que muy pocas veces se ha dado en la historia del flamenco: encarna el equilibrio perfecto del creador en este arte, un cantaor que ha aportado un concepto nuevo al mundo del flamenco, una estética nueva, pero siendo al mismo tiempo absolutamente fiel a la tradición. Un equilibrio muy difícil de encontrar y una aportación que ha venido de la mano, además de su genialidad, de su personalidad. Ha sido uno de los cantaores más personales que ha habido y eso se aglutina en su obra y ha marcado un antes y un después". Una admiración y un reconocimiento que se reflejan en Nazareno y olivares, el espectáculo con el que Pino debuta como director de escena y que forma parte de la jornada previa de La Noche Blanca del Flamenco, el próximo viernes. Podrá verse en el parque de Miralbaida a partir de las 22:30 y el propio Fosforito estará presente.
Nazareno y olivares parte de un encargo de la Peña El Almíbar, "gente joven que tiene muchas ganas de hacer cosas", destaca Pino, pontanés como Fosforito: "Querían hacerle un homenaje y contaron conmigo para ver qué podíamos hacer. Me puse manos a la obra y ha sido un reto absolutamente novedoso. He tenido el atrevimiento de escribir una dramaturgia y dirigir una obra de teatro sobre él". El espectáculo recorre "su vida y su obra a través del cante, la poesía y el baile". "Para hacer una obra de este tipo hay que contar con gente que esté a la altura", subraya el cantaor, que advierte que al espectador se le ofrece además "una perspectiva sobre el flamenco del siglo XX: Fosforito ha tratado a los maestros, ha sido puente entre generaciones, y aquí está presente por ejemplo la historia de la guitarra a través de los personajes a los que él ha conocido en su trayectoria, en festivales, teatros...".
El elenco de la obra está integrado por el actor Antonio Navarro, Bernardo Miranda y Ana Mochón al cante, Alejandro Hurtado a la guitarra y la bailaora Clara Gutiérrez: "Sin estos artistas hubiese sido imposible hacer esto. La verdad es que están dando un juego increíble". Nazareno y olivares requirió de Pino "estar al principio en casa mucho tiempo encerrado para escribir un boceto de lo que sería la obra", y después "un segundo proceso, en los ensayos, de creación de un universo poético y musical, articulando los distintos géneros".
"Fosforito ha sido creador de muchas cosas en el flamenco", indica Pino, "entre ellas el zángano de Puente Genil, y en la selección antológica que grabó con Paco de Lucía uno de esos zánganos, en el que habla de su pueblo, se llama Nazareno y olivares". El director del montaje ha recuperado el título "porque es bastante representativo tanto de su vida como de su obra".
La novena edición de La Noche Blanca del Flamenco contará con una serie de espectáculos previos que rendirá homenaje a la tradición flamenca cordobesa. Serán ocho propuestas en seis escenarios, una de ellas el próximo jueves y las otras siete el viernes. Entre el sábado y el domingo se desarrollará la gran fiesta flamenca en espacios del centro de la ciudad, con la participación de Argentina, José Antonio Rodríguez, Tomatito y Juan Valderrama, entre otros artistas.
La programación arrancará el jueves (22:30) en el patio de la Asociación de Vecinos Alcázar Viejo con El patio de Curro, un montaje dirigido por Mamen Rey que pone de manifiesto que en San Basilio sigue latente el recuerdo de uno de sus vecinos más queridos, el cantaor Curro de Utrera. Para el viernes quedan, junto a Nazareno y olivares, Córdoba flamenca (parque Elena Moyano, 22:30), Córdoba en la estética honda de García Lorca (jardines de la calle Isla Mallorca, 22:30), Nostalgia del flamenco de la Judería (parque de la Asomadilla, 22:30), Cayetano Muriel, un grande olvidado (Llanos del Espino de Cerro Muriano, 23:00), El cante, la verdad (plaza de la Parroquia de Villarrubia, 23:00) y un concierto de Paco Montalvo en la plaza de las Tendillas (00:30). (El Día de Córdoba. Jesús Asensi)