Hace poco fui al Colegio Enrique Asensi de la barriada Poeta Juan Rejano de Puente Genil y comprobé que niños maravillosos tienen alto riesgo de ser delincuentes a pesar del esfuerzo de un heroico profesorado desbordado por el entorno marginal.
Internet unido en la exclusión lejos de ser senda de progreso es un instrumento delictivo; sobre todo a través de la página Mil anuncios que allí bien podría llamarse Mil delitos .
Los vendedores se convierten en víctimas de fraudes protagonizados por personas sin recursos y sin conciencia de la gravedad de sus acciones.
El resultado es que hay jóvenes, casi niños, padres a su vez de los escolares de ese gran colegio, que tienen penas de 15 años para arriba por ser autores de numerosos robos. Y habría que, como dijo Cristo en la cruz, perdonarlos porque al menos penalmente no saben lo que hacen.
Ellos creen que son pequeños hurtos sin significativas consecuencias penales dada la escasa cuantía de lo sustraído, pero lo cierto es que las calificaciones de las conductas terminan siendo robos con violencia con penas de hasta cinco años.
La desproporción entre las penas y los hechos es infinita. Puente Genil, nuestra gente, nuestros niños, necesitan solución. No podemos permitir que estos chiquillos sean carne de presidio. Por eso pido que el Colegio Enrique Asensi sea el más apoyado por la Junta. Y penalmente pediría a los fiscales que intenten mirar para otro lado y a pesar de ser robos con violencia independientes intenten calificar estos delitos como uno solo continuado.
Puente Genil necesita mucha educación, no tanta prisión. (Diario Córdoba.Marcos Santiago Cortes.Abogado)
