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domingo, 9 de noviembre de 2014

FAMILIARES PONTANOS PREPARAN LA DESPEDIDA DE MILITARES A LÍBANO

El 13 de noviembre está marcado en rojo en el calendario de los efectivos de la Brigada de Infantería Mecanizada Guzmán el Bueno X que participarán en la próxima misión de paz en Líbano. En esta fecha los 550 soldados que forman el contingente comenzarán a partir de forma escalonada a este punto de Oriente Próximo, atendiendo a la resolución 1.701 de la ONU, para colaborar con las Fuerzas Armadas Libanesas y ejercer el control y la seguridad de la zona.

Después de la parada militar que tuvo lugar en la base cordobesa el pasado 31 de octubre la mayoría de efectivos se encuentran aún de descanso para disfrutar de sus familias y ultimar los preparativos antes de partir. Los últimos meses han sido muy duros para todos ellos, ya que la preparación para afrontar las tareas encomendadas y estar al nivel exigido ha sido, cuando menos, intensa. Así que durante estos días preparan el petate y recargan las fuerzas necesarias para emprender la que se convertirá en la cuarta misión de paz de la Brimz en Líbano en un escenario "completamente complejo", tal y como aseguró hace tan sólo unos días el general jefe, Antonio Ruiz Olmos. En esta ocasión, los efectivos de la base de Cerro Muriano cuentan con otras unidades de las Fuerzas Armadas, Agrupación de Apoyo Logístico número 21, Guardia Civil y siete soldados del ejército de la República Federativa de Brasil. Al contingente español también se unirán soldados de El Salvador, India, Indonesia Nepal y Serbia, lo que sumarán más de 3.000 unidades que conformarán la Brigada Multinacional Este, que estará liderada por el general de la Brimz.

La misión en Líbano se alargará durante seis meses. Es decir, el regreso está previsto para el mes de mayo del próximo año. Durante todo este tiempo los soldados llevarán a cabo actuaciones de marcado perfil social y humanitario, para contribuir a la mejora de las condiciones educativas, sanitarias, veterinarias, medioambientales, infraestructuras y seguridad de la población. A su vez tendrán que sobrellevar los momentos complicados que surgen en cualquier misión de este tipo separados por miles de kilómetros de sus familias. Sin embargo, Defensa tiene cada vez más presente la estabilidad emocional de los efectivos, así como hacer más llevadera a los familiares la larga espera. Las distancias se acortan, por ejemplo, gracias a las nuevas tecnologías, ya que los soldados disponen en la base de equipos informáticos a través de los cuales pueden ver a sus allegados a diario con programas como Skype. También disponen de wifi, de modo que pueden acceder a aplicaciones de mensajería instantánea como Whatsapp. Y, por supuesto, también es posible mantener conversación por vía telefónica. Este año se les ha facilitado a los familiares un número 900 gratuito para que, siempre que lo consideren oportuno, puedan hablar con los soldados desplazados a tierras libanesas.

A pesar de todos estos avances en comunicación, para los que se quedan aquí los meses pasan demasiado despacio. En esta ocasión, al igual que ocurriera en la última misión de la Brimz en Líbano, los efectivos tendrán que pasar fechas tan especiales como las Navidades muy lejos de casa. Pero no menos duro es el día a día, ya que quien se encuentra lejos del hogar suele ser uno de los puntales más importantes de la familia, por lo que el trabajo se les multiplica a los que se quedan al cargo. Sonia Aguilar es novata en esto de tener que despedir a su marido, el sargento Sergio García, para participar en una misión de paz. A su cargo se quedan sus dos hijas, una de ocho años y otra con tan sólo cinco meses. Aunque esto no le da tanto vértigo, ya que en su localidad de residencia, Puente Genil cuenta con la ayuda de sus padres y de otros allegados.

De su mente jamás podrá borrar el momento en el que su pareja le comunicó que se iba de forma voluntaria a Líbano para participar en misión de paz. "Estaba embarazada de sólo unos meses y gracia no me hizo, pero al mismo tiempo tengo que entender que es su ilusión y su profesión, me guste más o menos", reconoce. Sobre todo es consciente de que si el próximo semestre va a ser complicado para ella, más duro va a ser para su marido, que es quien realmente se encuentra lejos de su casa, de ella y de su dos hijas. "Yo en quien pienso es en él porque es el que se va y el que va a estar muy lejos de nosotras. Yo aquí tengo a mi familia y sé que no me va a faltar de nada", asegura. 

Su hija mayor ya se ha percatado de los preparativos antes de la marcha y no para de preguntar el motivo por el que su padre se tiene que ir por un tiempo de casa. "La pequeña es un bebé y no le va a suponer nada que Sergio esté fuera de casa, pero para la mayor la espera sí que va a ser complicado. Aún no se ha ido y ya no para de preguntar por qué nos tiene que dejar solas durante tanto tiempo", asegura Sonia emocionada.

Sandra Uceda tampoco quiere desaprovechar los pocos días que le quedan junto a su novio, el soldado de artillería Francisco Javier Ruiz, antes de su partida. En su caso también es la primera vez que forma parte del contingente de la Brimz para participar en una misión internacional, aunque lleva seis años intentando irse. "Él tenía muchas ganas de formar parte de una misión de estas características y al fin va a poder cumplir su sueño". Para tomar esta decisión, en su caso, también han tenido un peso importante los beneficios económicos que supone desplazarse a Líbano en misión de paz. "Tenemos la hipoteca de un piso que compramos en Almería y aquí vivimos de alquiler, así que nuestros gastos mensuales no son una tontería. Esperamos que el esfuerzo que él va a hacer ahora suponga un buen achuchón para estar más aliviados y, si se pudiese dar el caso, pensar en comprarnos aquí una vivienda".

Estos meses alejada de su pareja los quiere aprovechar para prepararse unas oposiciones. "El examen lo tengo el próximo mes de junio, así que al menos estos meses en los que voy a estar sola en casa los voy a aprovechar para centrarme en mis oposiciones, a ver si al fin consigo una plaza", asegura.

En el caso del soldado Pedro Gámez, salir de la base cordobesa para participar en una misión de paz no es algo nuevo. Ya lleva cuatro a sus espaldas. Pero su actual pareja, Auxiliadora Serrano, sí que se enfrenta a algo nuevo. "Él ya ha estado en Bosnia o en Kosovo, pero yo soy una novata en esto. Me da mucho miedo saber que él va a estar tan lejos y en un país en el que la calma es relativa, aunque siempre me dice que no me preocupe, que todo va a ir bien", dice con preocupación Auxiliadora.

A los familiares se les ha facilitado un libro con las instrucciones básicas para ponerse en contacto con los soldados, un documento que para Auxiliadora es "muy importante" para poder estar al menos algo más tranquila durante los meses que están por llegar. "Sé que vamos a pasar por momentos que se nos van a hacer muy duros, como por ejemplo la Navidad, porque yo no tengo más familia que mis hijos y mi pareja", dice. Pero para sentir el apoyo de personas en su misma situación, Auxiliadora forma parte de grupos de mujeres de soldados en varias redes sociales: "Nos animamos las unas a las otras y nos damos consejos porque todas sabemos en primera persona lo que es esto".(El Día de Córdoba. Gema. N. Jiménez) 


Otro matrimonio que se verá afectado por esta misión militar en Líbano, es el formado por el pontanés Teniente D. Luis Fernando Velasco Quero y Dª. Pilar Delgado Baena, doctora en medicina en la especialidad de ortodoncia.