Viendo sólo el marcador final (31-23) se podría decir que la idea de machada de Antonio Ortiz en Logroño fue poco menos que utópica. Y así fue, pero no por la superioridad de una plantilla como la del Naturhouse La Rioja, sino por los propios errores de un Ángel Ximénez que llegó tarde a la hora del inicio del partido, concretamente media hora, para regalar la primera parte y así tirar por la borda sus posibilidades que demostró en la segunda.
Cuatro perdidas y cuatro goles regalados al Naturhouse. Ese fue el inicio del partido del Ángel Ximénez en Logroño, que arrancó de la peor manera en ataque y es que le costó hasta cinco minutos inaugurar su marcador (4-1).
Aunque Nacho Moya logró marcar en inferioridad, los pontanos no reaccionaban y eso obligó a Antonio Ortiz a pedir su primer tiempo muerto a los once minutos (7-3). El malagueño pidió a sus hombres que no regalasen más balones, pero la sangría no se detenía y es que sólo Nacho Moya respondía (11-5, min. 16).
Las transiciones de los pupilos de Jota eran muy rápidas, lo que no permitía al Ángel Ximénez a fijar su defensa. Así que el Naturhouse dominaba a placer sin tener que hacer valer su potencial físico, y lo que era peor, los pontanos no les obligaban a tener que usar ese juego colectivo del que tanto han adolecido esta temporada los logroñeses.
Sin juego con el pivote
Otros cinco minutos (del 15 al 20) pasaron sin anotar hasta que Chispi volvió a ver puerta. Pero las continuas pérdidas lastraban a un Ximénez, fue la carta de presentación de Demovic con su salto a pista. Así, a seis del descanso, veían como los riojanos conseguían irse más allá de doblarlos (13-6). A todo esto, el pontano del Naturhouse, Luisfe, no comparecía en pista, confirmándose así que molestias físicas que arrastraba no le permitirían jugar contra el equipo de su pueblo
De esa forma se llegó a la conclusión de la primera parte con la máxima desventaja posible (15-8), en la que el juego con el pivote brilló por su ausencia, o mejor dicho, por ahí llegaron la mayoría de las pérdidas que cercenaron las opciones de estar en el partido como soñaba Antonio Ortiz. Resultado, nula aportación ofensiva de Fuentes y Olea, que lanzaron las múltiples contras que finiquitaron el partido en sólo treinta minutos. Hablar de los árbitro ni merecía la pena.
33 minutos costó ver un gol desde la posición de pivote. Fue de Fuentes y ya en una segunda parte en la que comenzaron adelantándose los pontanos con gol de Mario Porras. Se logró un parcial de 2-4 (17-12), pero cuando se tuvo incluso bola para rebajar la distancia a cuatro, de nuevo otra absurda pérdida en ataque propiciada por la precipitación.
Buen arranque de segunda parte para colocarse 18-15 y posesión
Con todo se logró rebajar esa desventaja gracias a un penalti transformado por Demovic y que se había inventado un gran Mario Porras desde su aparición tras el asueto. Tanto que el segundo del eslovaco desde los siete metros puso un esperanzador 17-14 a los nueve minutos de la reanudación. Con 18-15 el Ximénez recuperó bola y lanzó una contra en busca de meter el miedo en el cuerpo a los riojanos, pero en una rápida de Jorge Martínez se desvaneció ese sueño.
De ahí al 21-15 con un parcial de 3-0 que devolvía la tranquilidad a los locales y enfriaba a un conjunto el pontano que nada tenía que ver con el de la primera parte. Los hombres de Antonio Ortiz hacían lo que debieron hacer al principio para llevar las dudas a los riojanos, aunque ya fue demasiado tarde.
Sus errores y no la calidad del rival fueron los que le llevaron a perder al Ximénez. Fue curioso observar que cuando mejor jugó en ataque fue en inferioridad. En esa casuística logró marcar tres goles en sus cuatro ataques, en los que sólo un paradón de Jorge Martínez ante Nacho Moya evitó el pleno. Nunca perdió el balón en desventaja, al contrario que le ocurrió en el siete contra siete, sobre todo en la primera parte.
Sentenciados
Con 25-19 Antonio Ortiz pidió su segundo tiempo muerto para pedirle a sus hombres que apretaran los dientes porque sencillamente el intercambio de goles ya no les servía a esas alturas de partido. La respuesta, un tiro al larguero de Demovic desde su casa y 27-20 (min. 51) en un abrir y cerrar de ojos.
A la postre un concluyente 31-23, en un partido que se regaló en la primera parte, porque en la segunda sólo se cedió de uno (16-15), con lo que se demostró que se podría haber dado la campanada, pero para ello había que estar metido en el partido sesenta minutos y no sólo la mitad. Al menos quedará el consuelo de la derrota del Cuatro Rayas en Huesca y una jornada más los pontanos dormirán fuera de los puestos de descenso. Eso sí, el que ganó, como se esperaba, fue el Villa de Aranda, que iguala a los pontanos en la tabla, aunque como tienen ganado el average provoca que el Ángel Ximénez vaya la próxima semana a Granollers perdiendo una posición, ya que ahora es decimocuarto.
31.- NATURHOUSE LA RIOJA: Gurtuz Aguinagalde, Tioumensev (6), Miguel Sánchez (2), Garabaya (4), Petrus (3), Pedro Rodríguez (5, 1p) y Ángel Fernández (3) - siete inicial - Jorge Martínez (ps), Masach (2, 1p), Eilert (2), Velasco (1), Ángel Romero (2), Tolmos (1), Patrionova y Rial.
23.- ÁNGEL XIMÉNEZ PUENTE GENIL: Arguillas, Jorge Sánchez, Chispi (1), Río (1), Nacho Moya (5), Fuentes (6), Cuenca (2) - siete inicial - Chirosa (ps), Guille de la Sierra (0), Porras (1), Demovic (5, 4p) y Curro Muñoz (2).
ÁRBITROS: Los hermanos Escudero, que excluyeron a los locales Tioumentsev (1) y Garabaya (1), así como a los pontanos Olea (1), Curro Muñoz (1) y Chispi (1).
PARCIALES CADA CINCO MINUTOS: 4-1, 6-2, 8-4, 11-5, 13-7, 15-8 (descanso) 17-11, 18-15, 22-17, 25-19, 29-21 y 31-23
INCIDENCIAS: Partido de la vigésimo quinta jornada de la Asobal, disputado en el Palacio de los Deportes de Logroño, ante unos 2.000 espectadores.(Córdobadeporte. David Jurado)
