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miércoles, 20 de febrero de 2013

LA SAETA DEL VIEJO PELÍCANO ( SEGUNDA PARTE )

FUNDAMENTACIÓN MUSICOLÓGICA

Antes de proceder al análisis musical comparativo de las saetas, conviene tener claro una serie de conceptos musicales imprescindibles para acercarnos a la naturaleza de cualquier obra musical y propósito básico de este estudio. En concreto destaco cuatro: Modo Musical, Estructura Formal, Carga Melismática y Ámbito Melódico.




El Modo Musical es la manera de ser de una obra musical, su personalidad. Existen varios modos musicales -el modo Mayor, el Modo Menor, el Griego Dórico o Frigio Medieval…-, cada uno con una sonoridad o personalidad auditiva diferente -el Mayor es alegre y vivaz, el Menor es triste y melancólico y el Griego Dórico (también denominado Frigio Medieval) muy parecido al anterior...- definidos técnicamente por el tipo de escala utilizada, la cual no es más que una sucesión ordenada de sonidos o GRADOS con una determinada distancia tonal -un tono, medio tono- entre los mismos. Conviene aclarar que el objetivo de la utilización de los términos “Griego Dórico” o “Frigio Medieval” no es establecer el origen del modo musical de la saeta cuartelera, sino comprender su funcionamiento musical, por cierto radicalmente distinto al de los modos Occidentales Mayor y Menor. De hecho, no hay unanimidad entre los estudiosos más prestigiosos -musicólogos, flamencólogos…- con relación a la nominación del Modo de Mi; modo musical de nuestra cuartelera y, buena parte, del cante flamenco. Pues bien, la saeta cuartelera emplea este modo musical, utilizando la escala “MI,FA,SOL,LA,SI,DO,RE,MI” cuya distancia entre cada uno de los grados -nombre que reciben los sonidos de las escala- conjuntos -o consecutivos- es: un tono entre el 2ºgrado(FA)/3ºgrado(SOL), 3º grado(SOL)/4ºgrado(LA), 4º grado(LA)/5º grado(SI), 6ºgrado(DO)/7ºgrado(RE); y medio tono entre el 1ºgrado(MI)/2ºgrado(FA) y 5ºgrado(SI)/6ºgrado(DO). Los grados desempeñan una función. Así, en la escala de nuestra cuartelera las más importantes serían: la función conclusiva ejercida por el primer grado o Fundamental (MI) -cuando un tramo melódico termina en él se consigue sensación de reposo o finalización- y la función de tensión desplegada por el segundo grado o Dominante (fa), que desprende la sensación contraria, es decir, de no finalización o tensión.

La Estructura Formal de una obra musical viene determinada por un conjunto de elementos organizados, de ideas musicales que, en su totalidad, dan sentido a la misma. La saeta cuartelera está formada por cinco ideas musicales, denominados fragmentos cadenciales, adecuadamente organizadas y cada una con un sentido musical perfectamente definido. Cada fragmento cadencial coincide con cada uno de los versos de la cuartelera.

La Carga Melismática se refiere a la cantidad de melismas-notas o sonidos musicales-que aparecen en una obra musical. Así, encontraremos cuarteleras con un mayor número de melismas y cuarteleras con un menor número de melismas. En este aspecto conviene tener en cuenta la relación letra/música, es decir, el número de notas o melismas adscritas a cada una de las sílabas de las diferentes palabras. En música se dan tres estilos: estilo silábico, cuando a cada sílaba le corresponde pre FUNDAMENTACIÓN HISTÓRICA dominantemente una nota musical; estilo semiadornado, cuando sobre cada sílaba se articulan tres o cuatro notas, y estilo adornado o melismático, cuando a cada sílaba le corresponde un número elevado de notas. La saeta cuartelera combina los tres estilos, existiendo una diferenciación, como tendremos la oportunidad de observar, entre el estilo de saeta del “El Pelícano” y el de “Los Apóstoles”.



Y el Ámbito Melódico se refiere a la extensión p style=p style=p style=melódica de una obra musical, es decir, a la distancia existente entre las notas más graves y las más agudas. Dos conceptos clave a tener en cuenta: grado conjunto/disjunto e intervalo. Los grados o notas de una obra musical pueden ser conjuntos o disjuntos dependiendo de si respetan el orden establecido en la escala. Así, serán conjuntos los grados MI, FA, SOL, LA y disjuntos los grados RE, SOL, FA, DO. Y el intervalo es la distancia que existe entre dos sonidos o notas, encontrándonos intervalos de segunda -Mi/FA- con sólo dos notas, intervalo de tercera -MI/SOL- con tres notas, etc. Como veremos, también se da una diferenciación en este aspecto entre los dos estilos.

ANÁLISIS COMPARATIVO

Terminada esta breve conceptualización musicológica -si deseáis más información podéis acudir a mi artículo “La Melodía de la Saeta Cuartelera” publicado en esta misma revista en su edición de hace tres años- vayamos al análisis de los dos estilos de cuartelera al objeto de apreciar la singularidad del estilo de “El Pelícano”. Un estilo indemne a la evolución protagonizada por los hermanos Hierro en la década de los años 20 del siglo pasado, asemejándose al viejo estilo de “El Seco”, y muy cercano al modelo de saeta antigua o llana. Una evolución, vuelvo a insistir, caracterizada por dos actuaciones cruciales: interpretación dialogada -en su origen de manera espontánea- y flamenquización -sin llegar al barroquismo y espectacularidad de la saeta flamenca- parcial de la melodía, originada por un aumento en la cantidad de melismas y un cambio en el desarrollo melódico de sus fragmentos cadenciales. Para ello detallaremos el comportamiento melódico de los dos estilos analizando de manera comparada cuatro transcripciones de saetas: una de José Bedmar “El Seco” recogida en el CD “La Pasión de Nuestro Padre Señor Jesucristo en Saetas. 1954”, reeditado por la Hermandad de María de las Angustias, que simboliza el estilo antiguo; otra cantada por Manuel Hierro y Antonio Velasco “El Balilla” del CD”La Pasión según San Mateo” fiel reflejo del estilo de “Los Apóstoles”; y dos saetas del “Pelicano”, interpretadas por Eduardo Muñoz Cruces y Francisco Esojo. La utilización de la saeta de “El Seco” es para demostrar su semejanza con la saeta del “Pelícano” y así deducir, de manera hipotética y desde el punto de vista musicológico, la mayor antigüedad de ésta con relación al de “Los Apóstoles”. Antes de pasar al análisis quisiera dejar claro un principio para mí irrefutable como músico y humilde investigador de la saeta: la utilización del pentagrama a la hora de recoger la forma musical de una saeta debe de tener un fin únicamente científico. Su empleo como medio de transmisión y enseñanza carece de sentido debido, por un lado, a la especial idiosincrasia de este género que provoca que una misma saeta jamás sea repetida de manera idéntica por sus intérpretes naturales; por otro lado, a la imposibilidad de plasmar fielmente en el pentagrama su melodía real al no estar sometida a un patrón rítmico concreto -ritmo libre-, a un pulso. Sin más dilación, procedamos al análisis comparativo entre las cuatro saetas.
 

Modo Musical. El modo musical de las cuatro cuarteleras es el mismo, el Antiguo Modo Dórico o Frigio Medieval, por lo que no se observa, en este sentido, ningún cambio en la evolución protagonizada por los hermanos Hierro. Las cuatro cuarteleras utilizan la misma escala-“MI, FA, SOL, LA, SI, DO, RE, MI”-; no obstante, conviene matizar algo importante. La escala griega dórica se divide en dos tetracordios -conjunto de cuatro notas o grados conjuntos- que serían: “MI, FA, SOL, LA” y “SI, DO, RE, MI”. Pues bien, la saeta cuartelera se desenvuelve básicamente en el primero -“MI,FA,SOL,LA”- en las cuatro saetas se aprecian las notas “DO, RE” por debajo del primer grado, que considero “notas de paso” al poderse omitir sin que la cuartelera pierda ni un ápice de su sentido musical, conocido como Cadencia Andaluza. Existe entre las cuatro saetas una importante diferenciación: mientras las saetas de “El Seco” y del “Pelícano” no sobrepasan el tercer grado -está en el margen comprendido entre el primer grado(MI) y el tercero(SOL)-, el estilo de “Los Apóstoles” sí lo hace, alcanzado el cuarto grado(LA) del tetracordio o escala. Es decir, los hermanos Hierro aumentan el recorrido melódico de la cuartelera en un grado -en un tono-, observándose en el estilo de “Los Apóstoles”, desde el punto de vista melódico, un carácter más agudo. A este respecto, he tenido acceso a otras saetas antiguas de otras localidades -por ejemplo, la saeta antigua de Alhaurín El Grande recogida en la “Magna Antología del Cante Flamenco” de Hispavox o la saeta antigua de Arcos de la Frontera - y ninguna de ellas alcanza el cuarto grado de la escala o tetracordio, coincidiendo con las saetas del “Seco” y del “Pelícano”.

Estructura Formal. Las cuatro saetas tienen el mismo número de fragmentos cadenciales -cinco- coincidentes con cada uno de los versos de la copla. Si tenemos en cuenta lo indicado en el apartado “Fundamentación Musicológica” con relación a la funciones de los grados de la Escala Griega Dórica o Frigia Medieval -el primer grado desprende sensación de reposo y el segundo grado una sensación de tensión-, cada uno de los fragmentos cadenciales disfruta de un sentido musical definido, basado en la combinación del recurso pregunta/respuesta tan utilizado en música para dar variedad y contenido a la obra musical. Así, si nos fijamos en las cuatro partituras nos percataremos de lo siguiente: el primer fragmento cadencial posee un marcado carácter conclusivo al terminar en el primer grado de la escala, siendo el más representativo al exponer la temática musical fundamental de la saeta; el segundo fragmento cadencial -acaba en segundo grado- desprende sensación de tensión desempeñando una función de pregunta; el tercer fragmento cadencial -termina en primer grado- contesta al anterior; el cuarto fragmento cadencial, otra vez, al terminar en segundo grado, pregunta y el quinto fragmento cadencial -acaba en primer grado- responde definitivamente cerrando la cuartelera. Este juego musical de pregunta/respuesta, propiciado por el primer y segundo grados de la escala situados al final de los fragmentos cadenciales, facilitó el carácter dialogado de nuestras cuarteleras. Un carácter poco frecuente en el estilo del “Pelícano”. Al ser éste un estilo grave, austero y muy poco conocido, no encaja bien su interpretación dialogada con el estilo habitual y extendido de “Los Apóstoles”, mucho más agudo y barroco. Así se explica, por ejemplo, la dificultad vivida por un servidor “in situ” que siempre mostraba Eduardo Muñoz cuando la compartía con Manolo Cosano, que, como se ha reflejado con anterioridad, recreaba, de una manera muy personal y virtuosista, el estilo de “Los Apóstoles”.



Carga Melismática. Una de las diferencias entre la música popular y el flamenco estriba en la abundancia de melismas. Así, mientras la primera suele ser bastante austera, en el segundo proliferan los melismas por su carácter individualista y artístico producto del genio creativo de sus intérpretes. Pues bien, si observamos las cuatro saetas, se aprecia una mayor cantidad de melismas en la de “Los Apóstoles”, constituyendo un indicio clarísimo de la impronta flamenca dada por los hermanos Hierro. Impronta estética no observada en las saetas del “Seco”, Eduardo y Francisco Esojo. Asimismo, podemos afirmar, y es una consecuencia directa de lo anterior, que mientras en las saetas de “El Seco”, Eduardo y Francisco predomina el denominado estilo silábico -a cada sílaba le corresponde una única nota musical-, en la saeta de “Los Apóstoles”, además del silábico, adquieren sustancial relevancia el estilo semiadornado -sobre cada sílaba se articula tres o cuatro notas- y el estilo adornado, consistente en la presencia de sílabas con un número elevado de melismas. Tenemos, por tanto, una prueba más de la antigüedad de la saeta del Pelícano al ser el estilo silábico el que predomina en las saetas antiguas o llanas.

Ámbito Melódico: El ámbito melódico -distancia existente entre la nota más grave y la más aguda- es más amplio en la saeta de “Los Apóstoles” que en las de “El Seco”, Eduardo y Francisco. Es producto de utilizar el cuarto grado de la escala (LA) en el segundo, tercero, cuarto y quinto fragmento cadencial. Es decir, mientras que las saetas de “El Seco”, Eduardo y Francisco se desenvuelven en el ámbito “MI, FA, SOL” -intervalo de 3ª-, la saeta de “Los Apóstoles” lo hace en el margen comprendido entre “MI, FA, SOL, LA” -intervalo de 4ª- consiguiéndose de esta forma un enriquecimiento melódico y una ruptura con la excesiva monotonía de la saeta antigua, adquiriendo el cuarto grado especial protagonismo en el quinto y último fragmento cadencial. De nuevo, un dato musical que apoya nuestra hipótesis al ser el ámbito melódico reducido una de los rasgos característicos de las Saetas Antiguas.

En definitiva, estimados amigos, hemos intentado explicar desde el punto de vista histórico y musical la singularidad de la saeta del “Pelícano” en el panorama actual de la saeta cuartelera en Puente Genil. Un estilo que, aunque sólo es interpretado en el Grupo del “Viejo Pelícano”, forma parte del patrimonio semanasantero de nuestro pueblo. Desde aquí invito a todos los mananteros a acercarse a él; su conocimiento nos permitirá comprender la evolución de la saeta cuartelera de Puente Genil. Desde “El Pelícano” haremos lo imposible para que, en memoria de nuestros “viejos pelícanos”, este añejo estilo de saeta perdure y continúe emocionando al corazón del manantero. Queridos hermanitos de “El Viejo Pelícano”, tenemos una responsabilidad ÚNICA Y EXCEPCIONAL contraída con nuestra Semana Santa; no la obviemos y aprovechémosla. Nuestros mayores -Antonio Rivas, Manolo Bordas, Antonio Palma, Eduardo Muñoz Cruces, Hipólito Chacón, Manolo Cosano, Enrique Cosano y tantos otros a los que no tuvimos la dicha de conocer- bien se lo merecen.

¡VIVA “EL VIEJO PELÍCANO
 
( Publicado en la Revista de Semana Santa )
 
Álvaro de la Fuente Espejo. Hermano del “Viejo Pelícano” desde 1991.