
De más suerte gozaron las cofradías matinales del Viernes Santo. Cuando faltaban quince minutos para las siete de la mañana el grupo de música de los Romanos interpretó la tradicional Diana , tras la que sonaron dos misereres con los que el conocido Terrible de Puente Genil inició el recorrido acompañado por centenares de devotos que le alumbraron el itinerario completo. Las otras tres cofradías solo realizaron media estación, ya que el cielo se encapotó y no se arriesgaron a cruzar al barrio de Miragenil para volver a la ermita de Jesús por la tarde. El Santísimo Cristo de la Misericordia y la Señora del Mayor Dolor, San Juan y la Virgen de la Cruz y María Santísima de los Dolores se encerraron pasadas las tres de la tarde. Las figuras bíblicas, más de 300, realizaron las reverencias al patrón en la calle Santa Catalina y los saeteros dedicaron coplas al Nazareno en la plaza de Lara. Las cuatro señeras cofradías que recorren el casco histórico no procesionaron anoche. En el momento de salir no estaba lloviendo pero los presagios no eran optimistas. Quedaron en la ermita del Dulce Nombre el Cristo de la Buena Muerte, las Angustias, San Juan Evangelistas y la Soledad. ( Diario Córdoba. G.C. Fotografía Teresa Galvez Delgado)