Las Hijas de Salfad rompen con una tradición hasta ahora reservada a hombres.Juntos pero no revueltos. Este año se ha producido un hecho insólito para el mundo de la Semana Santa de Puente Genil: las mujeres participarán en la Semana Santa en sus elementos más caracteríticos, las corporaciones bíblicas y las figuras, que dan fama mundial a la celebración de la Pasión en la ciudad.
Para unos es signo de integración, para otros una ruptura con la más pulcra tradición. La vida de los cuarteles era de hombres hasta ahora, que es cuando se acaba con los cotos cerrados a los varones. Rosario Márquez, una de las hermanitas de la nueva corporación declara que «no hay un sentido feminista en este aspecto, sólo que me encanta la convivencia en el cuartel». Gloria Muñoz también lanza un mensaje conciliador: «No vamos a romper con la tradición».
Las Hijas de Salfad, que así se llama la entidad, representa un pasaje bíblico bastante significativo. Es la historia de un hombre que sólo tenía hijas. A su muerte, éstas reclamaron a Moisés que pasara a ellas la heredad de su padre, ya que no había varones. Moisés recibió de Dios una respuesta afirmativa: «Las hijas de Salfad tienen razón. Dales en heredad una propiedad entre los hermanos de su padre, y que pase a ellas la heredad de su padre». Una auténtica revolución en la época, cuando las mujeres apenas tenían derechos. Su elección, por lo tanto, no es casual para un acontecimiento histórico en la Semana Santa de Puente Genil.
Casadas y hasta con hijos, Las Hijas de Salfad han conseguido algo sin precedentes. «Mi marido y yo nos turnamos, un año le toca a él y otro a mí», dice una de ellas para hablar de la conciliación entre la familia y la corporación con la que se vive intensamente la Semana Santa. La gran novedad la tendrán ahora los más de 2.000 hombres que forman parte de las entidades, que tendrán que compartir un protagonismo que hasta ahora tenían en exclusiva.
El afán de Las Hijas de Salfad no es el revanchismo. «No calificamos esta manera de entender la semana santa de machista, sino algo de tradicional», afirman.
Y si hay grupos de hombres y ahora de mujeres, el siguiente paso sería corporaciones mixtas, algo que «tiene otras connotaciones» y a lo que por el momento cierran la puerta tanto los hombres como las mujeres. «Todavía no es posible porque el ambiente que tú vives en tu cuartel, no lo puedes vivir con tu pareja», resumen.
Desde que a mediados del siglo XIX se crearan las corporaciones bíblicas, los hermanitos que las integran procesionan figuras, comparten oraciones, brindan con uvitas y rezaban al patrón de Puente Genil, Nuestro Padre Jesús Nazareno.
Este año, sin necesidad de someterse a un escrutinio porque llevan diez años en una cofradía, han presentado la carta para formar parte de la Agrupación de Hermandades y Corporaciones, donde la han aceptado sin más. Y nada menos: los tiempos cambian y hasta las más añejas tradiciones han evolucionado para abrir la puerta a las mujeres. ( Abc. Virginia Requena )
