El Grupo Cabezas Romero, formado por Miguel Cabezas Morón y Lola Carmona Morales es un matrimonio real y de trabajo. Miguel nació en Puente Genil hace 47 años. Con 18 años se marchó a Lloret de Mar, a formarse en la cocina de vanguardia catalana. Volvió a Córdoba con 26 años y le aguardaba el éxito en el sector de la restauración, no como electricista, que es lo que estudiaba mientras trabajaba de camarero. Miguel ha contado siempre con la colaboración de su mujer, que empezó en la recepción y luego se ha encargado de la decoración y reformas de todos los negocios del grupo, que está integrado por el restaurante Casa Pepe, la taberna Casa Rubio y el hotel Lola. A estos 3 locales se le sumará un cuarto también en la Judería, una taberna temática que abrirá para Semana Santa. Además, gestionan el pub La Torre (Brillante).
Hay que ser atrevido para asumir la dirección de un negocio de renombre en plena crisis, no la actual, sino la de los 90. Pero Miguel Cabezas y su mujer, Lola Carmona, tuvieron en 1994 el valor de quedarse con la gestión de Casa Pepe de la Judería. España salía entonces de una recesión que afectó mucho a Córdoba.
--¿Cómo pudo un joven de 26 años afrontar este reto?
--Quería quedarme en Córdoba. Trabajaba en un restaurante y me entero que Casa Pepe estaba cerrado. Mi mujer y yo éramos novios. Fuimos a verlo y nos encantó la zona. De hecho, lo que más nos gustó es que el binomio tapas-restaurante se ajustaba a este local. El cliente aceptaba que hubiera tapas, medias raciones y raciones. Este restaurante nos permitía descubrir platos olvidados de la cocina tradicional, como la mazamorra (origen del salmorejo). En pleno despegue de la cocina de vanguardia, vimos un filón en la cocina de siempre, tendencia que se mantiene aún.
--José Jiménez Aroca compró Casa Pepe por 7.000 pesetas del año 1928. Se convirtió con el tiempo en un restaurante de éxito. ¿En 1994 hacerse con la gestión de este local tenía un precio razonable?
--Pudimos hacerlo con un préstamo de Crediaval y con el aval de mi madre, aval que le devolví un año después porque nos fue bien.
--En 1999 compran y abren el hotel Casa Lola.
--Se inauguró el 12 de octubre, para aprovechar el turismo y que era el santo de mi madre. Empezamos con 4 habitaciones y luego se amplió a 8. Después en el 2001 nos quedamos con Casa Rubio.
--Por la crisis, algunos negocios han perdido clientes. ¿Es su caso?
--No, en el hotel las perspectivas son buenas y los restaurantes están respondiendo mejor de lo que creíamos. En el 2010 sí se notó la crisis.
--¿Contáis con una clientela fiel?
--Disponemos de una clientela muy numerosa, que viene a la Judería y es fiel al plato elaborado y a la cocina de las abuelas. Llevamos años con guisos en nuestra carta y recuperando platos.
--¿Qué iniciativas habéis impulsado para captar nuevos clientes?
--Los fines de semana, en los dos restaurantes, venenciamos vino de Bodegas Tejarejo y ofrecemos una degustación de jamón ibérico de bellota de Ibesa. Todas las noches toca un grupo de música en directo. Estamos potenciando nuestra terraza al aire libre en la segunda planta. Abrimos la cocina de forma ininterrumpida, de 13.00 a 23.30 horas, porque hay clientes que de 16.00 a 18.00 horas no tienen dónde comer en la Judería. Esto permite además mantener la plantilla.
--Grupo Cabezas Romero siempre ha apostado por la formación.
--Con el premio Cervatillo quisimos potenciar una cantera de jóvenes restauradores. Nos importa mucho la calidad y organizamos cursos internos desde 1995. Queremos lograr la Q de Calidad, que concede el Instituto de Calidad Turística Español. Seguimos en las guías Repsol, Michelín y en las redes sociales.
--¿Qué nuevos proyectos tiene su grupo en marcha?
--Queremos abrir antes de Semana Santa una taberna temática en la calle Romero, 10, con terraza en la plaza del Cardenal Salazar. Un local que fomentará la tapa cordobesa y el fino de Montilla-Moriles. El cliente podrá apreciar los caldos e incluso extraer él mismo el vino de la bota.
--¿Y cómo marcha el pub La Torre, que también regentan?
--En el local acogemos todo tipo de celebraciones y desde hace unas semanas disponemos de terraza, con cocina y música en directo, más espacios reservados para eventos con atracciones infantiles para que los niños se diviertan.
--¿Están firmando convenios con distintos sectores profesionales?
--Hemos rubricado dos, con la Asociación de la Prensa en Córdoba y nacional. También tenemos un convenio con la Universidad de Córdoba para incluir los valores nutricionales de nuestros platos y adaptarnos al cliente celiaco, hipertenso o que quiere cuidarse. Este año queremos celebrar con la UCO y Almazaras de Córdoba el tercer simposio de salmorejo. Además, cooperamos con Avintur, en la promoción del vino Montilla-Moriles.
--En sus negocios promocionan los productos cordobeses.
--Presumimos de vender mucho fino, el aceite de todas las denominaciones de Córdoba, la carne de Los Pedroches, los quesos de la Subbética, el tomate de Alcolea...
--¿Realizan encuestas de satisfacción a sus clientes?
--Sí. Cada 10 o 15 días. ( Diario Córdoba. M.J. Raya)
Hay que ser atrevido para asumir la dirección de un negocio de renombre en plena crisis, no la actual, sino la de los 90. Pero Miguel Cabezas y su mujer, Lola Carmona, tuvieron en 1994 el valor de quedarse con la gestión de Casa Pepe de la Judería. España salía entonces de una recesión que afectó mucho a Córdoba.
--¿Cómo pudo un joven de 26 años afrontar este reto?
--Quería quedarme en Córdoba. Trabajaba en un restaurante y me entero que Casa Pepe estaba cerrado. Mi mujer y yo éramos novios. Fuimos a verlo y nos encantó la zona. De hecho, lo que más nos gustó es que el binomio tapas-restaurante se ajustaba a este local. El cliente aceptaba que hubiera tapas, medias raciones y raciones. Este restaurante nos permitía descubrir platos olvidados de la cocina tradicional, como la mazamorra (origen del salmorejo). En pleno despegue de la cocina de vanguardia, vimos un filón en la cocina de siempre, tendencia que se mantiene aún.
--José Jiménez Aroca compró Casa Pepe por 7.000 pesetas del año 1928. Se convirtió con el tiempo en un restaurante de éxito. ¿En 1994 hacerse con la gestión de este local tenía un precio razonable?
--Pudimos hacerlo con un préstamo de Crediaval y con el aval de mi madre, aval que le devolví un año después porque nos fue bien.
--En 1999 compran y abren el hotel Casa Lola.
--Se inauguró el 12 de octubre, para aprovechar el turismo y que era el santo de mi madre. Empezamos con 4 habitaciones y luego se amplió a 8. Después en el 2001 nos quedamos con Casa Rubio.
--Por la crisis, algunos negocios han perdido clientes. ¿Es su caso?
--No, en el hotel las perspectivas son buenas y los restaurantes están respondiendo mejor de lo que creíamos. En el 2010 sí se notó la crisis.
--¿Contáis con una clientela fiel?
--Disponemos de una clientela muy numerosa, que viene a la Judería y es fiel al plato elaborado y a la cocina de las abuelas. Llevamos años con guisos en nuestra carta y recuperando platos.
--¿Qué iniciativas habéis impulsado para captar nuevos clientes?
--Los fines de semana, en los dos restaurantes, venenciamos vino de Bodegas Tejarejo y ofrecemos una degustación de jamón ibérico de bellota de Ibesa. Todas las noches toca un grupo de música en directo. Estamos potenciando nuestra terraza al aire libre en la segunda planta. Abrimos la cocina de forma ininterrumpida, de 13.00 a 23.30 horas, porque hay clientes que de 16.00 a 18.00 horas no tienen dónde comer en la Judería. Esto permite además mantener la plantilla.
--Grupo Cabezas Romero siempre ha apostado por la formación.
--Con el premio Cervatillo quisimos potenciar una cantera de jóvenes restauradores. Nos importa mucho la calidad y organizamos cursos internos desde 1995. Queremos lograr la Q de Calidad, que concede el Instituto de Calidad Turística Español. Seguimos en las guías Repsol, Michelín y en las redes sociales.
--¿Qué nuevos proyectos tiene su grupo en marcha?
--Queremos abrir antes de Semana Santa una taberna temática en la calle Romero, 10, con terraza en la plaza del Cardenal Salazar. Un local que fomentará la tapa cordobesa y el fino de Montilla-Moriles. El cliente podrá apreciar los caldos e incluso extraer él mismo el vino de la bota.
--¿Y cómo marcha el pub La Torre, que también regentan?
--En el local acogemos todo tipo de celebraciones y desde hace unas semanas disponemos de terraza, con cocina y música en directo, más espacios reservados para eventos con atracciones infantiles para que los niños se diviertan.
--¿Están firmando convenios con distintos sectores profesionales?
--Hemos rubricado dos, con la Asociación de la Prensa en Córdoba y nacional. También tenemos un convenio con la Universidad de Córdoba para incluir los valores nutricionales de nuestros platos y adaptarnos al cliente celiaco, hipertenso o que quiere cuidarse. Este año queremos celebrar con la UCO y Almazaras de Córdoba el tercer simposio de salmorejo. Además, cooperamos con Avintur, en la promoción del vino Montilla-Moriles.
--En sus negocios promocionan los productos cordobeses.
--Presumimos de vender mucho fino, el aceite de todas las denominaciones de Córdoba, la carne de Los Pedroches, los quesos de la Subbética, el tomate de Alcolea...
--¿Realizan encuestas de satisfacción a sus clientes?
--Sí. Cada 10 o 15 días. ( Diario Córdoba. M.J. Raya)