
La Llave de Oro del Cante , el maestro de los maestros y quien le da nombre a este festival, Antonio Fernández Díaz, Fosforito, recibió una auténtica ovación de su público, en su tierra, la que le vio nacer. Ortega dijo de él "que en el cante hay gestas, pero que tenga todos los premios en el Concurso de Nacional de Córdoba, solo Fosforito".
La segunda parte la abrió David Pino, el tercer pontanés que con maestría subió al escenario, acompañado de la guitarra del Niño de Pura. En su habitual estilo levantó a un público que le admira en su faceta de cantaor y estudioso del flamenco. La única voz femenina de la noche fue la de Aurora Vargas. Fundida en las fraguas trianeras cameló de nuevo a un público exigente. El baile lo protagonizó Luisa Palacio y su cuadro flamenco.
El Pele, junto a su inseparable guitarrista, Patrocinio Hijo, volvió a imprimir un sello moderno y personal y cerró el festival. (Diario Córdoba)