El escritor cordobés José Luis Rey (nacido en Puente Genil en el año 1973) ultima un ensayo sobre su poética que publicará la editorial Devenir después del verano. Por el momento, el autor ya ha corregido las pruebas de esta obra en la que expresa y analiza su visión de este género literario, un punto de vista que plasma a la perfección en su último libro, Barroco, que presentó ayer en la Delegación de Cultura de la Junta dentro del ciclo Letras capitales.El acto estuvo dirigido por el también escritor Joaquín Pérez Azaústre, que repasó la biografía del pontanés y habló sobre Barroco y su situación en el contexto de la poesía contemporánea. Rey "siempre ha mantenido unos principios estéticos muy coherentes" y ha defendido siempre las mismas ideas, "una poesía con imágenes, con ritmo verbal, una poesía que tratase de celebrar el mundo, muy rica, con frondosidad verbal y con reminiscencias de los grandes clásicos", expuso Pérez Azaústre.
Barroco es un poemario dividido en cuatro partes que gira en torno a la misma poesía, el amor y la muerte y con el que el pasado año José Luis Rey consiguió el premio Loewe de poesía, uno de los más importantes de este género. A lo largo del libro el autor realiza "un viaje desde lo más cotidiano y sencillo hasta lo trascendente" con un lenguaje muy visual y plástico, lleno de imágenes y con mucho ritmo. "Para mí la música y las imágenes son fundamentales en la poesía", confesó Rey, que en sus obras presta especial atención al ritmo, que consigue mediante repeticiones, aliteraciones y mezclando metros distintos.
Pérez Azaústre considera que Barroco "es un libro que ha suscitado una cierta unanimidad crítica" y se inserta en el marco de la poesía española en un momento "que parece especialmente proclive para percibir y apreciar este tipo de poesía". "Mi generación ha llegado a la escena poética y ha cambiado el realismo imperante que había antes", explicó por su parte el propio Rey.
Este libro es un ejemplo de madurez y "una especie de perfección" del registro del autor pontanés, aunque ya desde 1996, con Un evangelio español, "reconoces al poeta de hoy en aquel poeta principiante", aseguró Pérez Azaústre. Ahora el autor ha alcanzado "cierta maestría" y "plenitud", pero "los rasgos que definen su juego poético son exactamente los mismos". A diferencia de obras anteriores en las que se percibía de forma clara la influencia de Pere Gimferrer y de los novísimos, a juicio de Pérez Azaústre, con el paso de los años ha ido dejando atrás todas esas influencias y "se ha ido encontrado consigo mismo".(El Día de Córdoba)
En la fotografia, José Luis Rey y Joaquin Pérez Azaústre
