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miércoles, 10 de marzo de 2010

EL MUNDO NECESITA MAS LIBROS Y MENOS MP3

Un poeta es un señor que ve detrás de las cosas. Donde otros divisan rentabilidades variables y repuntes inflacionistas, estos tipos hayan luz y armonía. Después de una conversación de 34 minutos y diez segundos con José Luis Rey, uno tiene la percepción de haber visitado un universo evanescente.
-¿Por qué la poesía?
-Con 14 años sentí la necesidad irremediable de expresar la gran plenitud que estaba viviendo.
-Perdone: ¿qué es la plenitud?
-Descubrir el mundo. Sentirse vivo.
Según su particular código, José Luis Rey (Puente Genil, 1973) descubrió el mundo el día en que cayó en sus manos Romancero Gitano de Federico García Lorca. Se le reveló la poesía, o sea, la vida. Y desde entonces contempló la realidad circundante con otros ojos. A partir de ese momento su existencia empezó a contabilizarse en sonetos y romances. Descubrió la poesía, pero también la amistad, el amor, la noche.
-¿Qué hallazgo le deslumbró?
-La poesía me trajo un mundo de belleza que yo no esperaba recibir. El amor fue un descubrimiento feliz.
-¿Qué es el amor?
-Saber cuál es tu lugar en el mundo. Olvidarse de uno mismo. Decía Claudio Rodríguez: «Qué largo es el día para quien no ama».
José Luis Rey trufa sus respuestas de citas. Valéry, Protágoras, Rimbaud. Contesta veloz, sin apenas un respiro para la reflexión, y lo hace con sentencias redondas, como si las trajera preparadas en el bolsillo. Se matriculó en Derecho, por deseo de su madre, que lo impulsó a estudiar una carrera con más enjundia profesional. Pero a los tres años desistió del intento y se centró en Filología Hispánica, donde sí encontró su hábitat natural. Desde hace diez años es profesor de secundaria, los últimos tres en excedencia para dedicarse a la traducción de poesía anglosajona.
-Escribo poesía cuando viene. Hay que esperarla. No se escribe poesía de ocho a doce de la mañana.
-A Picasso la musa siempre le pillaba trabajando.
-Es verdad. Tenemos que dedicarnos a esto. No podemos descentrarnos.
-¿Y le frecuenta mucho la inspiración?
-La semana pasada ha venido dos días a verme. Siempre me surge el primer verso donde esté. Si no tengo papel, lo apunto en el móvil. Decía Valéry que el primer verso es el que regalan los dioses.
-¿Escritor o poeta?
-Mi amigo Joaquín Pérez Azaústre es un escritor todoterreno. Yo sólo un poeta que, a veces, escribe ensayos.
-¿La novela no le tentó?
-No creo estar dotado para ella.
-¿Qué le falta?
-Para escribir novela hay que tener una mente constructiva, ser un buen arquitecto. Lo intenté una vez y no pasé de los dos folios.
Lector voraz, asegura digerir una decena de libros de forma simultánea. Va descorchando los ejemplares y pasando de uno a otro como quien cambia de planeta cada día. Poesía y ensayo. Rara vez novela. «Ya no me creo la ficción», sostiene.
-¿Qué encuentra en la lectura?
-Da más plenitud al mundo.
-¿La vida no le es suficiente?
-Sin libros, nadie que se dedique a escribir podría estar satisfecho. La vida existe para ser reflejada en un libro.
-¿El mundo que ve le place?
-Me gusta la libertad de Europa. Debemos cuidar nuestros sistemas constitucionales. Pero las Humanidades van a peor. La literatura se está arrinconando. Este mundo necesita más libros y menos Mp3.
-¿Para qué sirve un poema?
-En primer lugar, tiene que servirte a ti para sentirte pleno. Y luego debe servir al lector para reconocerse.
-¿Un poeta ve lo que no ven los otros?
- Todos vemos las cosas, pero un poeta cae en la cuenta de las cosas.
-Es un visionario.
-En mi caso sí. Hago realismo visionario. En cosas sencillas intento encontrar visiones trascendentes.
-¿Tiene un sentido trascendente de la vida?
-Creo que sí. La vida nos promete algo más. La poesía se encarga de buscarlo. Mi religión es la poesía. Es un sacerdocio de la vida pura y de la promesa que la vida nos da.
-¿Qué hay detrás de las cosas?
-Detrás de las cosas está siempre el hombre. Lo decía Protágoras. El hombre es la medida de todas las cosas. Es quien inventa la vida.
-¿El hombre es un buen invento?
-A pesar de los desastres de la historia, hay que confiar en el hombre. El gran ejemplo del Renacimiento sigue vivo. Cuando el ser humano florece hacia el arte, la luz, la vida.
-¿Necesita que lo entiendan?
-No. Necesito que compartan lo que escribo sin necesidad de entenderlo a fondo.
-Dice que busca verdades esenciales. ¿Las ha encontrado ya?
-Eso siempre se busca y pocas veces se encuentra.
-¿Cuál es la verdad esencial?
-Si la encuentro se lo diré.
-¿Para qué se vive?
-Para encontrar el amor, para ser feliz, para escribir.
-¿Un mal hombre puede ser un buen poeta?
-Éste parece ser el caso de Juan Ramón Jiménez, que no era buena persona y era un gran poeta. O de Quevedo. Pero hay que buscar siempre que sea una buena persona antes que un buen escritor.
-¿Sólo de versos vive usted?
-No. Vivo de la vida misma. Pero sí es verdad que siempre espero el gran poema.
-¿Qué piensa de los poetas?
-Que tienen todo el respeto por dedicarse a algo tan minoritario y tan necesario.
-¿Soporta la soledad?
-Necesito la soledad para escribir. No para vivir.
-¿A qué aspira?
-A tener una vida buena y feliz. Lo demás viene por añadidura. (Abc)