Las fábricas de dulce de membrillo de Puente Genil viven estos días su pico de máxima actividad. Desde mediados de septiembre y hasta finales de noviembre, las factorías disparan su producción y emplean a medio millar de personas para procesar alrededor de seis millones de kilos de fruto, con los que se obtendrán unos 14 millones de kilos de dulce, una cantidad ligeramente superior a la del año pasado, según los cálculos del propietario de La Góndola y miembro de la asociación de empresarios de Puente Genil Asojem, Iván Torres.
Actualmente, son tres las fábricas dedicas a esta actividad: El Quijote, la de mayor volumen de negocio y más antigua, San Lorenzo y La Góndola, la que conserva la producción más artesanal. Hace más de dos décadas, eran una treintena. La mayoría se agrupó en una cooperativa que terminó desapareciendo y, de las cinco restantes, sólo quedan tres -han desaparecido La Membrillera y San Pascual-. La producción de dulce de membrillo es, con todo, un eslabón "imprescindible" en la economía de la localidad, dijo Torres. De hecho, la firma El Quijote es, junto a Iluminaciones Ximénez, la de mayor facturación en la localidad, por encima de los 12 millones de euros anuales. No sólo eso: se trata de la primera fábrica del mundo en elaboración de pasta de fruta.
El Quijote es, precisamente, el origen de esta tradición culinaria de Puente Genil. Todo arrancó en 1848, cuando el confitero Rafael Rivas Pérez abrió su primer negocio. Su tataranieto, Francisco Chacón, es ahora el presidente de la empresa. "Nuestra fábrica es la más automatizada y la que reúne mayor cantidad de elementos para asegurar los controles de calidad", explicó. Estos días, con la planta a pleno rendimiento, son seis las líneas de producción abiertas. Desde que el membrillo se introduce en las máquinas hasta que se obtiene el dulce, apenas pasa una hora gracias a mecanismos como los cocederos continuos o los nuevos sistemas de refrigeración. Y es que, en las últimas dos décadas, la fábrica ha hecho una apuesta importante por la innovación, desde una producción completamente manual a una cadena automatizada. "La calidad no sólo se ha mantenido, sino que ha aumentado gracias a estos nuevos métodos", explicó.
El membrillo que se utiliza en Puente Genil como materia prima se cultiva no sólo en esta localidad de la Campiña Sur, sino también en municipios de la Subbética como Carcabuey o Priego de Córdoba. En cuanto a la producción, las empresas han hecho una importante apuesta por la internacionalización, de forma que el producto se exporta a más de 40 países, desde los más cercanos como Portugal, Francia o Reino Unido, a otros más lejanos como Estados Unidos, Australia, Hong Kong y diferentes estados de Suramérica. (El Día de Córdoba. Angel Robles)
