Con Extremadura de por medio. Esencial el territorio extremeño como punto de maceración exacto para el perfecto maridaje.
Pedro Peralta, con su voz de ruiseñor campero, desgrana una saeta marchenera desde uno de los balcones. El lleno absoluto de la iglesia de La Encarnación no daba crédito a sus oídos. Hablo, para quien no lo sepa, del espacio polivalente en el Palacio de su mismo nombre, acogedor de la Diputación Provincial. Desde el mismo balcón Julián Estrada replica con saeta por seguiriya y cierre con toná del Cristo. ¡Casi nada! Todo el auditorio irrumpe en un estruendoso aplauso colectivo. No era para menos. Esto solo era el principio.
Pedro García Álvarez, desde la mesa presidencial en el presbiterio, da las buenas noches y presenta a los ilustres acompañantes: María José Herrero, presidenta de la Cofradía de la Virgen de La Esperanza, Santiago García Martín, presidente de La Peña Cultural Flamenca Amigos del Cante y al conferenciante de lujo Federico Vázquez Esteban. Además introduce la efemérides enmarcándola en hechos históricos dentro de la Pasión zamorana. Pedro es uno los más importantes y rotundos historiadores de nuestra Pasión, siempre basado en los datos de las fuentes. Además, argumentando de forma sencilla y comprensiva, expuso hechos en favor de las saetas en Zamora, ilustrado con acaecimientos puntuales. ¿Sabían qué cuando se le encargó a Victor de los Ríos la Virgen de La Esperanza se le especificó en contrato que fuera una Macarena con aspecto castellano? Y también, ¿Qué dos representantes de las más carismáticas cofradías del momento viajaron a Sevilla y al volver fue implantado el capirucho y el terciopelo? Hablo de la Vera Cruz y del Santo Entierro del año 1896. Hasta ese momento todos desfilaban con ropa de calle, y a partir de entonces con túnicas sevillanas.
Sigue un monumental Julián Estrada por saeta carcelera de Puente Genil, para anticipar la conferencia de Federico Vázquez -zamorano de pro y prohombre cacereño- con su magnífica y profunda disertación sobre la saeta y su mundo.
La cuartelera de Puente Genil, siguiendo Julián Estrada, volvió a comprimir los corazones para expandirse estruendosamente en forma de aplausos prolongados.
Pedro Peralta ejecuta una espectacular saeta moledera de Marchena. Continuando Fede Vázquez con su adictiva disertación que en todo momento supo a poco. De nuevo Peralta entona saeta cernicalera. Sigue Fede para introducir carcelera de Marchena en la voz de Pedro Peralta. Espectacularidad premiada con sonoro estruendo. El mano a mano estaba servido. Federico, anuncia para terminar, saeta por seguiriya de Peralta, con estructura inicial de Paco La Luz y cuerpo final de Manuel Molina.
No obstante quedaba lo mejor. Me refiero de cara al multitudinario público. Julián Estrada con la sonanta de Jesús Zarrías hace interpretación magnífica y sublime del popular poema de Antonio Machado, la saeta. Esta era la primera vez que la interpretaba en público, por lo que Zamora tuvo el privilegio de un estreno musical. Estrada, siguiendo la musicalización de Serrat, versiona, es decir aflamenca, dicha canción demostrando una vez más como el flamenco no es más -ni menos- que un cambio en la estructura melódica de la música popular de la época. Por ejemplo la zamorana.(La opinion de zamora)