El pasado día 22 de Marzo de 2014 se celebró en la Iglesia Cristo del Pardo de Madrid, el Pregón de Semana Santa, que cada año organiza la Asociación Manantera de Puente Genil en Madrid.
La Iglesia presidida por un gran lienzo de Francisco Rizzi, representando a Nuestra Señora de los Ángeles, con san Felipe, a su derecha, y san Francisco de Asís, a su izquierda, sirvió de marco arquitectónico para celebrar uno de los actos más esperados por la Asociación Manantera en Madrid, el “Pregón de Semana Santa” que tuvo como protagonista a Francisco Javier Reina Jiménez, Cofrade Mayor de Jesús Nazareno.
Varios minutos de aplausos, la Iglesia del Cristo del Pardo puesto en pie. De esta forma, el Cofrade Mayor y poeta de Puente Genil, Francisco Javier Reina Jiménez, concluyó su exaltación a la Semana Santa Pontana, un pregón emotivo, sentido y religioso y en que el pregonero dejó constancia de su amor a la Pontificia y Real Cofradía y Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Patrón y Alcalde Perpetuo de Puente Genil.
No cabe la menor duda que el corazón de Francisco Javier Reina, está lleno de amor y humildad, desgranó la Semana Santa de Puente Genil, con detalles desconocidos para muchos en su esencia y sentimientos. Insistió en la “Llamada al Corazón Manantero” “El amor al Terrible”, haciendo sonar nuestra amada campanita, consiguió llegar a los corazones, elevando el espíritu manantero de todos los asistentes.
Fue presentado magníficamente por Francisco Reina Luque, Vicepresidente de la Corporación las Profecías de Jesús “Grupo Tres Negaciones de San Pedro”
El acto estuvo arropado por sus hermanos de cofradía, entonándose notas de la Semana Santa Pontana.
Carlos Martín Luna, Presidente de la Manantera en Madrid, intervino emocionado agradeció al pregonero y su presentador del mismo, por tan espléndidos discursos, seguidamente en los patios del Restaurante “El Pinar” del Pardo, al compás de los tambores, a la luz de las bengalas, y del vino sus vapores, se repitió la subida al Calvario, entre misereres y saetas.
En el Restaurante “El Pinar” nos esperaba un típico aperitivo pontano, en donde no faltó, aceitunas, queso de cerdo, morcilla y ochos, para después celebrar una cena de hermandad.
Fue una velada inolvidable, la que se vivió, en una noche fría madrileña (Jorge Orestes García)
