Hoy día del Corpus, día de la Caridad queremos desde Cáritas hacer una reflexión de lo que esto significa para vivirlo con todo su sentido. La crisis golpea a los que menos pueden: nos vemos envueltos en recortes, paro, copago, recortes en la ley de dependencia. Cada vez que escuchamos las noticias, tenemos que protegernos para evitar que nos salpique lo negativo.
Y si nosotros tememos el mañana, mucho más lo temen quienes más están sufriendo la crisis: los inmigrantes, los parados de larga duración, los jóvenes que no consiguen trabajo, quienes no pueden pagar hipotecas o alquileres, los desahuciados, los enfermos, los ancianos, los de siempre, los últimos, los pobres.
Hoy día del Corpus Christi y de la Caridad reflejada en Caritas, la institución de la Iglesia que tiene una doble dimensión, una de acción social y otra mística en el corazón de la Iglesia. Nos recuerda el Papa Francisco “Caritas es la caricia de la Iglesia a su pueblo, la caricia de una madre a sus hijos, la ternura, la cercanía…” En este día los cristianos nos fijamos en el amor de Cristo hacia los suyos convirtiendo, su cuerpo y sangre en Pan y Vino para darnos una nueva vida con la entrega de la suya.
Nos dice el lema de este año “LA FE QUE ACTUA POR EL AMOR”, la Fe para los cristianos es el camino a Jesucristo, es la Caridad la que nos muestra el rostro de Cristo al que hay que servir en sus necesidades concretas y en las de los más débiles.
Para todos quisiéramos extender las palabras de Jesucristo en la multiplicación de los panes “Dadles vosotros de comer”. También hoy quisiéramos preparar juntos la cena de la solidaridad con quienes más sufren hoy; no es que pidamos grandes cantidades de dinero, pero sí tenemos tiempo, entrega, cariño y solidaridad.
La economía de la gratuidad es la nuestra. Queremos dar de lo nuestro, de lo más personal y lograr la felicidad con nuestra entrega.
Hacer un llamamiento en este día de la Caridad, donde el amor de Dios se nos hace presente en la necesidad de los pobres, para que compartamos nuestro tiempo, nuestros bienes y seamos de verdad la caricia de la Iglesia con los más débiles de la sociedad y desde ello denunciar la situación y luchar para que otro mundo sea posible para todos.
