
Este es el trasfondo, y los hechos, los siguientes: Varios ciudadanos aguardaban desde las nueve de la mañana a la espera de coger uno de los 35 números semanales que entrega la organización, para retirar una bolsa de alimentos. Cuando llegó la hora, un hombre de 45 años y que lleva otro sin empleo se quejaba: "No hemos conseguido número y no tenemos qué darle de comer a nuestros hijos".
La hora estipulada por Cruz Roja para entregarlos es la de las cuatro de la tarde, momento en el que se concentraron a las puertas tanto quienes aguardaban desde la mañana como las familias que se acercaron hasta las instalaciones a esa hora. Unos y otros empezaron a proferirse palabras malsonantes "me ha empujado, él" decía una señora. "Es que yo llevo muchas horas, con la lluvia y todo", apuntaba otra. Ante el cariz que tomaban los acontecimientos y en prevención de que llegara a mayores, los voluntarios de la entidad solicitaron a la Policía Local que resolviera la situación.
A partir de ahora, Cruz Roja entregará los números en un edificio anexo al principal, y dos horas más tarde (como es lo habitual) dispensará los alimentos entre los "agraciados de la semana". Desde la organización, que se considera ajena a estas circunstancias, se entiende que la crisis está llevando a muchas personas a situaciones extremas. Desde luego ni voluntarios ni la propia organización pueden evitar que los nervios afloren y que se demande más comida de la que se dispone.( Diario Córdoba. G.C.)
