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domingo, 4 de marzo de 2012

HISTORIA DE LA SEMANA SANTA ANDALUZA - CAPITULO IX -

En este capitulo veremos que las cofradías de nazarenos, incorporan la estética del barroco en las procesiones de la madrugada del Viernes Santo.

Nos encontramos en el s XVII, siglo donde van a alcanzar su mayor esplendor las procesiones de Jesús s con la cruz a cuestas ( Nazarenos ) y las de los grandes Crucificados por nuestros pueblos de Andalucía.

Antes de seguir con la descripción de éstas, queremos resaltar el Decreto del Arzobispo de Sevilla, Don Pedro Niño de Guevara, y al que aludíamos en artículos anteriores, por la trascendencia que ha tenido a lo largo de los siglos, hasta los años actuales en la Semana Andaluza.

Don Pedro Niño convocó un Sínodo al objeto de reconducir la seriedad que se había perdido en las procesiones durante los últimos años. Promulgó una serie de medidas que iban desde los horarios de salida y recogida, pasando por la indumentaria de los penitentes entre otras. A partir de este momento dio lugar a lo que tradicionalmente llamamos "Estación de penitencia" a la Catedral, y es que el Arzobispo quería comprobar personalmente que las Cofradías cumplían las reglas promulgadas en el Sínodo. Esta disposición del Arzobispado alcanzaba también a las Cofradías o Hermandades de Triana, que sólo hacían su recorrido por su barrio, obligándolos a pasar por la Iglesia de Santa Ana. Así pues, el Arzobispo desde su palacio junto a la Catedral, podía contemplarlas directamente y, en el caso de Triana, bien se desplazaba personalmente a la Iglesia de Santa Ana o enviaba a un emisario. De hecho, hoy siguen haciendo Estación de Penitencia a la Catedral todas las Hermandades sevillanas, aunque esto no quiera decir que en todas las capitales andaluzas se siga esta tradición, ya que en algunas de estas sólo se acercan a sus aledaños como punto de referencia, aunque afortunadamente cada vez son más las que llegan y entran en su Catedral.

JESUS NAZARENO DEL CALVARIO DE CORDOBA


Una vez hecha esta puntualización volvemos a las procesiones andaluzas de Jesús camino del Calvario. Las Cofradías de Jesús Nazareno son las últimas en aparecer en el siglo anterior, pero van a despertar muy pronto un intenso fervor popular, el mismo que pervive en nuestros días.

La aceptación en los distintos grupos sociales es mayor que el de las demás Hermandades pasionistas. El ejemplo lo tenemos en el nombre que reciben sus hermanos: "nazarenos", generalizándose a todos los penitentes de la Semana Santa. Las Hermandades que se crean bajo el titulo de Nazarenos introducen variantes originales. Quizás el mayor distintivo es el referente a su Estación de Penitencia, distinta a las demás. Durante el recorrido procesional, por lo general durante la madrugada del Viernes Santo, solían ir descalzos con pesadas cruces de madera sobre los hombros e incluso encadenados sus pies, a imitación de Cristo en la subida al Calvario.

Por lo general, estas Hermandades o Cofradías tenían su sede en ermitas situadas en los aledaños de la ciudad, e incluso algunas poseían adosadas casas de hospedería para alojar a los devotos que venían de puntos lejanos. Esto ocurría, como en otras muchas ciudades, en la ermita de nuestro Jesús Nazareno, concretamente en lo que hoy es patio y sacristía de la Iglesia.

JESUS NAZARENO DE PRIEGO



A lo largo del siglo XVII y primera mitad del siglo siguiente, estas Hermandades viven un momento de esplendor y auge. Las Cofradías de Nazarenos incorporan la estética del barroco en sus procesiones de la madrugada del Viernes Santo. La Estación de Penitencia gana en espectacularidad y boato, calando profundamente en los fieles, y gracias a la introducción de elementos novedosos, captan muchos adeptos. Las Cofradías Nazarenas andaluzas incorporan en sus procesiones una o varias trompetas que anunciaban el paso del cortejo por las calles. Por lo general preceden a la procesión llamando la atención del pueblo que se acercaba a las calles para contemplar en directo a su bendita imagen. Se puede decir que estas trompetas o bocinas fueron a semejanza de las que hoy portan en muchos casos los "picuruchos" en el discurrir de la Procesión. Sabemos que la Procesión de Jesús Nazareno de Córdoba la abría una trompeta de latón que permitía al escuchante percibir un sonido lúgubre y largo. En un estado de cuentas existente en la Hermandad de Jesús de Puente-Genil aparece un partida destinada a la compra de un bocina de latón, así ocurría en casi todos los pueblos cordobeses y en la mayoría de los andaluces.

Durante la época a la que nos referimos, es costumbre el acompañamiento de música de "capilla", entonando el "Miserere al Nazareno y el "Stabat Mater" a la Dolorosa. No nos cabe duda que la presencia de músicos y cantores contribuían de manera decisiva a engrandecer y dar una mayor solemnidad a la Estación de Penitencia.

Conocemos que desde principios de XVII la Procesión de Jesús Nazareno en Córdoba llevaba música, concretamente desde 1.614. Unos años mas tarde, en abril de 1620, se acuerda que se lleven dos músicas, una con Jesús y otra con Nuestra Señora. En 1621 se acuerda que lleve doce armados.

Paralelamente, numerosas Hermandades de Nazarenos llevan a cabo una renovación de sus imágenes primitivas en esta etapa, unas imágenes que serán sustituidas por otras de estilo barroco. Los penitentes visten túnicas moradas y excepcionalmente rojas, como ocurre en Córdoba. Las fiestas religiosas que celebraban durante el año variaban en las distintas poblaciones andaluzas, si bien las mas extendidas eran las de la Resurrección y las de la Invención y Exaltación de la Cruz. ( © Copyrigh Texto Julio Moreno Crespo) Continuará…