Siguiendo con el estudio de las Dolorosas, comenzaremos por decir que es en el siglo IV, cuando aparece la vocación hacia la Virgen. Hasta aquí Maria había estado ausente. Las advocaciones marialógicas fueron creciendo, hasta transformarse en Corredentora. En el siglo XIII, surge en Alemania la antigua festividad de la Virgen Dolorosa, el Viernes de Dolores, que posteriormente fue instituido pontificalmente.
Al mismo tiempo comienza a configurarse una de las advocaciones marianas mas extendidas por el mundo entero: la Piedad o Virgen de las Angustias. La iconografía de estas advocaciones, representa la escena tras el descendimiento de la Cruz, cuando los Santos Varones depositaron el cuerpo de Cristo en el regazo de su Madre. El tema tan maternal y femenino, de la Virgen de la Piedad surge en torno a la mística de la época.
Según la tendencia más generalizada, Las Angustias de Maria durante la Pasión fueron siete: la primera cuando lo vio crucificar; la segunda, durante su terrible agonía; la tercera, al verlo expirar; la cuarta, al presenciar el golpe de la lanzada; la quinta, en el descendimiento; la sexta, al tenerlo después de muerto en sus abrazos; de ahí que en nuestra Andalucía llamemos ese momento como sexta Angustia de Maria, y la séptima, en el acto de depositarlo en el Sepulcro.
VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS DE PUENTE GENIL
Según épocas, la Virgen en su sexta Angustia, aparece juntando sus manos adorando a su Hijo, o abraza el cadáver ensangrentado del Redentor, sirviéndole de sudario. A veces, el cuerpo resbala hasta el suelo, imprimiendo un mayor dramatismo la actitud de la cabeza apoyada en las rodillas de su Madre con rigidez cadavérica de brazos y piernas. En nuestra Semana Santa, la representación de esta sexta Angustia de Maria, la compone la Virgen con su Hijo que lo tiene apoyado en sus piernas, mientras Maria de Magdala besa la mano del Señor en presencia de San Juan. Cristo va caído sobre el suelo y las piernas de Maria en posición diagonal, tal como se representó en parte de Andalucía durante el siglo XVII. En la actualidad, se ven más los Cristos en posición transversal, siguiendo el modelo iconográfico de la Virgen de las Angustias de Granada ,la Piedad del Baratillo de Sevilla o la portentosa imagen de la Virgen de las Angustias de Córdoba, obra póstuma del gran artista cordobés Juan de Mesa y Velasco.
En el primer tercio del XVII, se introdujo también la costumbre de colocar sobre el pecho de Maria, un corazón atravesado por siete espadas o puñales, haciendo alusión a los Siete Dolores que fueron traspasando su alma. En la imagen de nuestra Virgen de los Dolores, podemos contemplar estos siete puñales.
Un detalle en las Dolorosas andaluzas, es el "Manipulo"; se trata de un fino pañuelo de seda y encaje con que enjuga sus lagrimas; ese Manipulo, es la expresión paralela a la Patena, en la que el sacerdote presenta en la santa misa. Este pañuelo se convierte en algunas Vírgenes andaluzas, en una rosa que llevan en sus manos el Domingo de Resurrección.
PASO DE DUELO DE SEVILLA
El tema de la coronación de la Virgen procede del arte bizantino, difundiéndose en occidente durante la Edad Media. La corona realza la realeza de la Madre de Dios. Vamos a adentrarnos en un tema iconográfico tan importante como es "El Stabat Mater".Representa a la Virgen al pie de la Cruz. Maria fue coprotagonista del drama de la Pasión de Jesús. Le acompañó hasta el Calvario. Allí presenció como lo despojaron de su túnica que Ella había tejido. Allí fue testigo de cómo clavaron a su Hijo al leño de la Cruz y allí fue proclamada al pie del madero, Madre de todos los hombres, personificados en el Apóstol Juán.
Una piadosa tradición, recoge que la Virgen, ante la crueldad del martirio, no pudo resistir el sufrimiento y cayó desmayada. Sin embargo, la Iglesia, al considerar inadecuado esa expresión, insiste en la especial fortaleza de Maria en aquellos momentos; esto lo confirma el" Stabat Mater",composición poética atribuida a Fray Jacopone de Todi, llanto franciscano del siglo XIII.
”La Madre piadosa estaba junto a la Cruz y lloraba mientras su Hijo pendía; cuya alma triste y llorosa traspasaba, y dolorosa fiero cuchillo tenía”. Iconográficamente, la escena del Stabat Mater, se hace en Andalucía de dos formas distintas: La Virgen sola al pie de la cruz o con aquellos personajes que según los evangelios sinópticos o apócrifos, asistieron a la muerte de Cristo. En la Semana Santa de Puente-Geníl, queda reflejada esta escena de la Pasión en el bello conjunto del Cristo de la Misericordia y Maria Santísima del Mayor Dolor que procesiona el Viernes Santo.
En algunas localidades andaluzas, aparece una escena de la Virgen, que la podíamos denominar como Virgen Doliente, presidiendo el Duelo de Cristo. Terminado el entierro de Jesús, Maria queda afligida por la séptima Angustia, según hemos enumerado estas. San Juán, los Santos Varones y las Tres Marías intentan consolar a la Virgen su pena.
La iconografía sevillana acierta plenamente el momento en que la Virgen recibe la condolencia del Evangelista, de Arimatea, de Nicodemo, de la Magdalena, de Maria Salomé y de Maria Cleofás. Esto queda representado en el paso llamado del Duelo que procesiona el Sábado Santo acompañando al Santo Entierro, francamente digno de ver por su seriedad y formas tan armoniosas de sus imágenes, en la tarde noche sevillana.
Continuando sobre la Pasión de Maria, escribiremos sobre la imagen de la Soledad, que tan profundamente ha servido de inspiración a los artistas. La Soledad de Maria se ha ido configurando primero como Virgen llorosa, luego acompañada de Juan y por ultimo sola al pie de la Cruz. La Virgen suele ir vestida con manto negro portando en sus manos la corona de espinas y los clavos, como atributos propios de la Pasión, luciendo sobre su cabeza una orla tachonada por doce estrellas, aludiendo al honor de la Hija de Sión sobre Israel y sus doce tribus.
En la Semana Santa andaluza no siempre se corresponde con el modelo iconográfico que hemos descrito con esta advocación; en Málaga la bella imagen de la Soledad de la hermandad del Cristo de la Buena Muerte (la legión ),va bajo palio y sin Cruz; en Sevilla existen dos imágenes que procesionan bajo la misma advocación y las dos aparecen sin palio y al pie de la cruz. En nuestra Semana Santa pontana, la bellisima imagen de la Virgen de la Virgen de la Soledad, lleva palio, y tiene sus manos unidas en un gesto de crispación, sin ir acompañada de la Cruz; en cambio la Virgen de las Lagrimas, última Dolorosa que procesiona en nuestra Semana Santa, tras su Hijo Yacente en la tarde noche del Sábado Santo, figura en su paso con la Cruz vacía y sin palio, con lo que iconográficamente sigue el modelo sevillano de la Soledad. Con respecto a los palios de las Dolorosas, suelen tener doce columnas o varales; parece que ello hace alusión a los doce Apóstoles como columnas o soportes de la Iglesia.
El palio llamado de "respeto",en un principio era portado tras la imagen por cofrades, y significaba tanto respeto, como previsión ante la posible aparición de la lluvia. En Jaén sabemos que sus portadores pagaban por ello y formaban un cuerpo especifico de "hermanos palieros"; esto ocurría en la cofradía de la Vera Cruz. El empleo del palio de respeto fue generalizado en toda Andalucía, comenzando a decaer con el tiempo para pasar a un palio fijo sobre paso o trono. Últimamente, a partir del modelo que creara el sevillano Juan Manuel para la Virgen de la Esperanza Macarena, este se extendió por toda Andalucía. En la actualidad, la Virgen de las Angustias de Córdoba, el Cristo de Remedios de Animas cordobés y el Nazareno de la Rambla, procesionan llevando palio de "Respeto"...( © Copyrigh Texto Julio Moreno Crespo) CONTINUARÁ .....
