UN ARREPENTIDO
En el obscuro templo arrodillado
recita una oración;
la hiel que arroja el labio balbuciente
brota del corazón.
recita una oración;
la hiel que arroja el labio balbuciente
brota del corazón.
De amargas desventuras , de quebrantos
el eco abrumador,
cual pálido fantasma , doquier vaga
y con sordo rumor
el eco abrumador,
cual pálido fantasma , doquier vaga
y con sordo rumor
va repitiendo crímenes y culpas,
que el tiempo ya borró,
y que la fé con mano poderosa
de su labio arrancó.
que el tiempo ya borró,
y que la fé con mano poderosa
de su labio arrancó.
I I
Plácida calma inunda su semblante.
Un fuego abrasador
se escapa de su pecho; y de sus ojos
lágrimas de dolor.
lágrimas de dolor.
De dolor puro y santo que en su alma
dichosa paz labró;
paz envidiable que pasión insana
paz envidiable que pasión insana
audaz le arrebató.
En el obscuro templo arrodillado
murmura otra oración.
Es la humilde plegaria que ya deja
murmura otra oración.
Es la humilde plegaria que ya deja
tranquilo el corazón.
Francisco de P. Velasco
D. Francisco de Paula Velasco Estepa nació en Puente Genil en 1875, siendo sus progenitores D. Dionisio Velasco Delgado y Dª Modesta Estepa. Entre otras publicaciones, su poesía vió la luz en El Popular de Granada, El Semanario de Cabra y Pepita Jiménez a nivel local.
