En este mes mariano por excelencia, la Orden de Caballeros de la Merced rindió el lunes 25 de mayo de 2009 un sentido homenaje a su celestial patrona, Santa María de la Merced y a su santo fundador, San Pedro Nolasco, cuya festividad la Iglesia universal celebra, concretamente, el día 6 de mayo.
A tal fin en el consulado de Italia en Sevilla, sede de la Lugartenencia de la Orden para el Reino de España, tuvo lugar un acto de exaltación de la figura de San Pedro Nolasco a cargo del secretario de la Orden, el Pontanés D. Francisco Javier Reina y Jiménez, quien hizo una semblanza de la vida y de las motivaciones y carisma que impulsaron a San Pedro Nolasco a fundar la orden mercedaria. La Bienaventurada Virgen María fue igualmente el centro de un emotivo y devoto acto religioso, que contó con las especiales bendiciones de Monseñor Giovanni Lanzafame, Gran Prior de la Lugartenencia española, a cuyo frente se encuentra José Carlos Ruiz-Berdejo y Sigurtá, cónsul del país alpino en nuestra ciudad, y de cuya Orden su eminencia el cardenal-arzobispo Fray Carlos Amigo Vallejo es Gran Protector.
Al concurrido acto siguió un cóctel y cena de gala en el jardín y salones del consulado, contándose con la presencia de los nuevos aspirantes y novicios que el próximo mes de noviembre habrán de ser investidos como caballeros de la Orden , a quienes dirigió la palabra el Comendador de la Encomienda de Santa Águeda de Sevilla, José Tobías Lerga y Paz, cónsul general de los Países Bajos, que los exhortó a vivir el espíritu mercedario de la caridad y a rescatar al prójimo de las modernas esclavitudes hacia las que nos aboca la sociedad actual, debiendo ser para conseguirlo, auténticos testigos del evangelio de Jesucristo.
A tal fin en el consulado de Italia en Sevilla, sede de la Lugartenencia de la Orden para el Reino de España, tuvo lugar un acto de exaltación de la figura de San Pedro Nolasco a cargo del secretario de la Orden, el Pontanés D. Francisco Javier Reina y Jiménez, quien hizo una semblanza de la vida y de las motivaciones y carisma que impulsaron a San Pedro Nolasco a fundar la orden mercedaria. La Bienaventurada Virgen María fue igualmente el centro de un emotivo y devoto acto religioso, que contó con las especiales bendiciones de Monseñor Giovanni Lanzafame, Gran Prior de la Lugartenencia española, a cuyo frente se encuentra José Carlos Ruiz-Berdejo y Sigurtá, cónsul del país alpino en nuestra ciudad, y de cuya Orden su eminencia el cardenal-arzobispo Fray Carlos Amigo Vallejo es Gran Protector.
Al concurrido acto siguió un cóctel y cena de gala en el jardín y salones del consulado, contándose con la presencia de los nuevos aspirantes y novicios que el próximo mes de noviembre habrán de ser investidos como caballeros de la Orden , a quienes dirigió la palabra el Comendador de la Encomienda de Santa Águeda de Sevilla, José Tobías Lerga y Paz, cónsul general de los Países Bajos, que los exhortó a vivir el espíritu mercedario de la caridad y a rescatar al prójimo de las modernas esclavitudes hacia las que nos aboca la sociedad actual, debiendo ser para conseguirlo, auténticos testigos del evangelio de Jesucristo.
El 10 de agosto de 1218, se constituyó oficialmente la Orden de Santa María de la Merced de la Redención de Cautivos, con toda solemnidad y notoriedad, en el altar mayor, erigido sobre la tumba de santa Eulalia, de la Catedral de la Santa Cruz de Barcelona. El obispo Berenguer de Palou dio a Pedro Nolasco y compañeros la vestidura blanca que llevarían como propia de la Orden; les hizo entrega de la Regla de san Agustín, como norma de vida en común, y dio la autorización para que en el hábito de la Orden figurara el signo o señal de su catedral, la Santa Cruz, a la cual se añadirían las armas reales del rey Jaime I, quien participó en su fundación; las mismas que hoy son emblema y portan en sus mantos los miembros de la Orden de Caballeros de la Merced, fieles continuadores de la rica tradición redentora mercedaria. (Arte Sacro)
