Ya lo decía Lydia, la profesora de baile de la serie Fama. La fama cuesta. Hay que sudar para impregnarse siquiera de una gota de ella, para ser una chispa secundaria de su estrella fugaz. Cincuenta euros limpios por una jornada de dieciséis horas y media, desde las cuatro de la madrugada hasta la caída de sol. Eso cobrarán los 650 elegidos para trabajar como extras, muchos en el papel de esclavas y esclavos, en la quinta temporada de la serie de televisión Juego de Tronos, parte de la cual se rueda en octubre en monumentos de Osuna y Sevilla. En el campo andaluz se gana más o menos lo mismo por un jornal de seis horas y pico recogiendo aceitunas, pero no tiene tanto glamour como participar en un hito audiovisual de los últimos años y decir «mira, mira, ahí salgo yo», apuntando en la pantalla a una carita en la masa.
La experiencia ilusiona tanto que hay incluso quien no sólo trabajaría de figurante gratis en la producción de la cadena estadounidense HBO sino que pagaría por ello. Como María Herrera, fan de la serie y de las novelas de George R.R. Martin en que se basan. Ha venido este martes a Osuna con cuatro amigas de Sevilla para apuntarse, en el primero de los dos días de casting, que se prolonga hasta este miércoles por la tarde en el polideportivo municipal. ¿Cuánto pagaría ella? «Treinta y cinco euros», calcula.
Su amiga Lucía Holgado «con hache» dice que en Juego de Tronos trabajaría gratis pero que pagar, pagar, lo haría por ser extra en una película de los actores Ben Affleck o Leonardo Di Caprio. «Pagaría setenta euros por verlos».
Sería un negocio redondo si cobrasen a los seguidores de las intrigas pseudomedievales de los Siete Reinos de Poniente por aparecer en su fantasía televisiva, y para más paradoja en el rol de esclavos. Se han preinscrito por correo electrónico en el proceso 85.000 personas de todo el mundo, dice Rafa, el jefe del casting, en una pausa a mediodía, cuando la cola de la mañana en la pista de atletismo se ha disuelto y los trámites marchan sin agobios gracias a que sólo ha acudido una pequeña parte de los que se interesaron por internet.
Claro que hay muchos que pagarían, admite, pero (aún) no funciona así. Todos cobrarán sus cincuenta euros y cotizarán a la Seguridad Social. Eso sí, le advierte a un candidato de que salir en Juego de Tronos no es un juego y que los seleccionados, además de firmar un contrato de confidencialidad, tienen que estar durante nueve días seguidos a las cuatro de la mañana en Osuna para la sesión de maquillaje y vestuario previa al largo día de grabación, a la que se sumará el rodaje en el Real Alcázar de Sevilla.
Aclara que aceptan a cualquiera que se presente sobre la marcha, sin necesidad de preinscripción, aunque hay que llegar pronto por la mañana antes de que se cubra el cupo. Entre los dos días preseleccionarán a 2.500 hombres y mujeres de entre 18 y 60 años, preferentemente morenos y sin tatuajes visibles, aparatos de ortodoncia o pelos teñidos de colores. De ellos escogerán a los 650 que trabajarán.
Una pandilla de amigos, estudiantes en Sevilla de ingeniería industrial, especialidad de energías, espera su turno guarecidos del sol en una sombra menguante. Se supone que Osuna (con su monumental Colegiata) y Sevilla serán en la ficción La Lanza del Sol, capital del caldeado y árido reino de Dorne, que el novelista imaginó tras un viaje a España inspirándose en Al Ándalus y donde la tensión se desata por la lucha entre la hija y el hijo del rey Doran Martell por suceder a su padre. Nos lo explica el especialista tronero del grupo, Alejandro Muñoz Díez de la Cortina. Dorne está más avanzado que el reino de España en igualdad de género: en ese lugar no hay ley sálica y es heredero el primogénito sin importar si es mujer u hombre. Felipe VI no habría llegado allí al trono, sino su hermana Elena.
Alejandro y sus amigos Teresa Martínez-Cañavate, Mercedes Reina Rodriguez y Antonio Ruiz, a los que se ha unido el diseñador gráfico Víctor Manuel Montero de Pedro para compartir coche en el futuro, aseguran que no los 50 euros de jornal sino la ilusión será el motor para venir a Osuna a las cuatro de la mañana.
Teresa quiere ser como su tío Alfonso Rodríguez, que lleva a gala haber hecho de árabe en la mítica Lawrence de Arabia en su rodaje sevillano de los años 60.
La pandilla de chicas de 18 años del principio (además de María y Lucía, Nuria Barrera, Raquel Capote y Elena Galeote, todas aficionadas a los escenarios) cuentan que en la prueba (casi cinco horas contando la espera) les han hecho un par de preguntas en inglés, les han tomado medidas para vestuario, les han hecho dos fotos de la cara de frente y de perfil y otra de cuerpo entero, y les han preguntado si estarían dispuestas a sacrificios como cortarse el pelo y, en el papel de esclavas, que se le vieran los pechos.
Entendieron que tenían que ir desnudas de cintura para arriba;luego les aclararon que no tendrían que desnudarse sino llevar vestido ligero, con escote y sin sujetador, por lo que a lo mejor se les verían los senos. Todas han aceptado. Firmarían incluso si tuvieran que hacer top less. Les vale la pena con tal de que el mundo de la fantasía y de la fama las fiche de jornaleras.(Extracto del El Mundo. Eduardo del Campo)
Mercedes Reina Rodriguez, es hija y nieta de dos pontanenses ( D. Adolfo Reina S. Movellan y D. José Reina ) ambos ex hermanos de la Corporación del Imperio Romano y amantes de todo lo que rodea a su pueblo de Puente Genil, y siendo componentes de la Tertulia de la Cuaresma Pontana en Sevilla que preside en la actualidad el también pontanés y maestro de la pintura D. Manuel Barahona, que desde hace años residen en la capital Hispalense