El pasado 28 de diciembre de 2012, a la edad de 87 años, falleció el gran cantaor de saetas Manuel Cosano Logroño conocido como "El Ruiseñor del Pelícano".
Perteneciente al Grupo "El Viejo Pelícano" desde la decada de los 70 del siglo pasado, era depositario de una saeta cuartelera fundamentada en el estilo de Los Apóstoles pero de tal personalidad que podemos hablar de la Saeta de Manolo Cosano.
Asimismo, nos dejó un bellísimo estilo de saeta por carceleras, de una gran musicalidad y preclaro virtuosismo flamenco.
Fue un hombre sencillo, honesto y un extraordinario hermano.
ENTREVISTA A MONOLO COSANO
“Ave que muere sangrada
por sus hijos con amor;
Figura excelsa que encarna
La Imagen del Redentor:
Sangre que Cristo derrama”
Dada la cercanía de nuestra Semana Mayor, entrevistamos a Manuel Cosano Logroño, creador de una variante del estilo de saeta cuartelera interpretada en el cuartel “El Viejo Pelícano” del que forma parte- actualmente en calidad de hermano pasivo-desde la década de los 70 del pasado ciclo. Década, por cierto, capital para el asentamiento del denominado estilo del “Pelícano” en sus diversas variantes. La de Manolo, desde un punto de vista músico/estructural, se define por sus tonos altísimos-ideal para ser interpretada con una voz virtuosa de tenor -y por la presencia de ciertos giros ornamentales otorgándole un preclaro carácter preciosista, sin llegar, no obstante, a la espectacularidad de la saeta flamenca por la propia arquitectura musical de la cuartelera.
Buenos días Manolo, y muchísimas gracias por recibirnos en tu casa en esta fría mañana de domingo del mes de enero. Háblanos de tu infancia.
- Buenos días hermano, mira, nací en 1925 en el barrio de Miragenil, detrás de la iglesia de Santiago en la casa de una tía de mi madre. Mi padre antes de la guerra abrió allí una tienda de comestibles pero después de la misma nos fuimos a vivir al campo a una huerta de un tío mío que se llamaba Enrique Logroño. Ya bastante después, cuando me casé, mi suegro compró una casa en la calle Santos, que es en la que actualmente vivo desde hace 40 años.
Por lo tanto Manolo, tu infancia, básicamente, fue en el campo.
- Sí, además del huerto, mi padre heredó unos olivos, unos mulos y yo le echaba una mano en las tareas propias del campo.
Y en aquella época, en la que serías un mozalbete de unos 15 años, ¿ya cantabas algo?
- Por supuesto, yo desde chicuelo siempre he cantado. Me subía a la burra e iba cantado por los caminos como hacían los gañanes mientras araban. Cantaba sobre todo fandangos y la media granaína, cante éste último precioso que, por cierto, Manuel Hierro cantaba maravillosamente.
¿Cuándo empezaste a escuchar las primeras cuarteleras?
- Las primeras cuarteleras empecé a escucharlas después de la guerra, desde muy joven en Jesús cuando iba con mis amigos de Miragenil los Domingos de Romanos. Allí escuchaba a las distintas corporaciones pero sobre todo a los hermanos de los Apóstoles destacando al “Balilla”. También las escuché mucho en el cuartel de Los Profetas dado que mi padre formaba parte del mismo.
Entraste en el Pelicano en la década de los 70 del siglo pasado ¿con anterioridad a este hecho ya cantabas tu cuartelera?
- Claro que sí. Yo ya la cantaba los domingos de romanos, y siempre sólo, nadie me seguía. También las cantaba en las comidas de Jesús Nazareno coincidiendo en muchas ocasiones con Juan Hierro y en el campo encima de mi burra. Precisamente en una de estas comida había un cantaor flamenco malagueño que lo trajo Federico Abaurre, creo que se llamaba Antonio de Canillas, que me felicitó por lo bien que cantaba.
Muy bien. Como he dicho antes entraste en el Pelícano en la década de los 70 y allí te encontraste con otros hermanos que también cantaban la cuartelera con un cierto nivel ¿quiénes eran?
- Pues mira, allí me encontré con dos que cantaban muy bien: Paso Esojo que era relojero y vivía en la calle Aguilar y Eduardo Muñoz Cruces. Los tres cantábamos cada uno con nuestro propio estilo, los cuales eran muy distintos entre sí. A veces cantábamos juntos y siempre yo era el que cantaba más alto, más fuerte.
¿Qué estilo te gusta más, el tuyo o el de los Apóstoles?
- El mío por supuesto. Además, a lo largo de mi vida nunca he encontrado a nadie que me siguiera con mi estilo. En alguna ocasión he cantado con alguno de los hermanos de los Apóstoles, creo que con Miguel Martín, pero cada uno con su estilo. Éste siempre me decía que le era imposible coger el mío.
¿Manolo, sigues cantando en la actualidad?
- Pues ya ves si sigo cantando, y todavía no le temo a nadie para cantar cuarteleras.
A parte de la cuartelera, ¿has cantado algún otro tipo de saeta?
- Por supuesto, la saeta por martinetes la he cantado mucho. También por seguiriya aunque en menor medida. Esta, a pesar de ser preciosa, nunca me ha llamado excesivamente la atención.
El anteriormente mencionado Paco Esojo, ¿cantaba otra clase de saetas?
- No, él a pesar de tener un estilo muy flamenco, sólo cantaba cuarteleras.
Y de Eduardo Muñoz, ¿qué me cuentas?
-Eduardo empezó desde muy joven con el tema de los grupos, sobre todo en Los Profetas y allí aprendió. Él, a pesar de ser más joven que yo, empezó a cantar la cuartelera antes. Su estilo no es tan alto que el mío, el canta más bajito, por esto no le gusta cantar la cuartelera conmigo, se ahoga.
Bueno Manolo, pues muchas gracias por habernos atendido; te esperamos en el Viejo Pelícano impacientes para que nos deleites con tu magnífica cuartelera.
- De nada hombre, el placer ha sido mío. Y por supuesto que iré al Pelícano el Jueves Santo si Dios quiere. ( entrevista realizada por D. Alvaro de la Fuente Espejo, habiendóse publicada en el 2010 en El Pontón)