Sus once años en el gobierno local no pasarán inadvertidos. No se ha arrugado cuando ha tenido que cuestionar el papel de la Diputación; cuando habido que tabicar infraviviendas ocupadas de forma ilegal o publicitar el nombre de los dueños de solares abandonados.
—¿No le parece arriesgado identificar de esa manera a los infractores?
—No estoy incurriendo en ningún tipo de ilegalidad. Cualquiera puede entrar al Catastro y comprobarlo. Ha sido una manera de dar un toque de atención. Y vamos a incrementar otras medidas de tipo sancionador para intentar que los vecinos cumplan con sus obligaciones. Ya ha habido algún que otro que ha realizado las tareas, por lo que el toque de atención ha sido efectivo. He tenido que esperar más de una década porque hemos venido interviniendo todos los veranos (en los solares), pero una serie de vecinos se encontraban en situación de peligro.
—Ha adoptado, en más de una ocasión, la medida de tabicar viviendas para impedir la entrada de inquilinos de forma ilegal, en las barriadas Juan Rejano y ahora en calle Bailén, ¿una manera de coger el toro por los cuernos, ante una posible dejadez de otra institución?
—El procedimiento que hemos utilizado nos ha permitido ahorrar plazos. Espero que a primeros de septiembre consigamos cambiar un poco los componentes humanos de esa urbanización, si no el trabajo realizado no se vería compensado. Llenar de forma legal el 30 por ciento de esa urbanización es el objetivo, y espero que la zona cambie, por ellos y por la comunidad de Miragenil, que está sufriendo en sus carnes desde hace mucho tiempo la ruptura de un orden que allí existía. El Proteja Programa de Transición al Empleo de la Junta incluye intervenciones en comunidades para la mejora de los edificios. El objetivo es conseguir que esa obra colectiva sea más respetada.
—El nuevo cuartel de la Guardia Civil. le convirtió a usted y los concejales que aprobaron el proyecto en imputados, pero la obra está en marcha, ¿para cuándo su finalización?
—Yo espero que esté los más pronto posible, pero mis ganas de intervenir en este asunto no son las que tenía hace cuatro años, puesto que los que causaron el problema el procedimiento judicial por el que estuvieron imputados el alcalde y 9 concejales, finalmente archivado eran los beneficiados por esa instalación. Esto podía haber estado resuelto hace tres años y fue la intervención de un sector de la Guardia Civil la que frustró esa posibilidad.
—En lugar de tirar balones fuera, está tomando medidas impopulares. No parece que le preocupen los comicios municipales.
—Hasta el día que deje la Alcaldía seré alcalde y además si a estas alturas, once años después, tengo que contarles películas a mis vecinos para que me voten, no me merece la pena. Si me presento, lo que intentaré será que valoren lo que se ha hecho, no lo que se dice. Lo que yo tengo que devolverles a los vecinos es lo que yo he conseguido con este pueblo, y eso no perjudica y prejuzga. No sé si me presentaré.
—¿Sigue pensando que las diputaciones no son un instrumento válido para los ciudadanos?
—He creído siempre en la Diputación como un organismo válido y necesario, pero podía haber sido sustituido por comarcas o mancomunidades y que las delegaciones provinciales se hicieran cargo de los intereses provinciales. En estos momentos es mucho más sangrante la existencia de organismos administrativos ineficaces e innecesarios porque suponen gastos que acarrean problemas a los ciudadanos. Afortunadamente para Córdoba, en la actualidad el PSOE participa en el gobierno de la ciudad, porque cuando no lo hacía, la Diputación intentaba ser un seudoayuntamiento de la capital y mucho del dinero que tenían que haberse destinado a pueblos pequeños se han gastado en actividades de relumbrón para los presidentes. Creo que no es ni necesario, ni conveniente, pero parece que la idea es que los ayuntamientos se
conviertan en organismos delegados de los gobiernos autonómicos con pocas competencias y poca financiación para estar permanentemente mendigando.
—Gobierna con ocho concejales en minoría, los mismos que el líder de la oposición, el PSOE, ¿qué valoración hace de su trabajo?
—La falta de un modelo de pueblo ha convertido a la oposición de Puente Genil en permanentes señaladores de aquellos fallos lógicos en la gestión municipal, en lo que ellos entienden que son fallos. En el caso del PSOE, la cosa es más incongruente porque lo que critica a Rajoy es lo que hace aquí. Prácticamente lo único que hace es señalar con el dedo.(Abc)
